Viajando hacia Alemania hace algún tiempo, mi esposo y yo conversamos en un aeropuerto con un joven muy entusiasta, quien nos platicó, del gran negocio que quería iniciar haciendo páginas web, puesto que era un excelente programador y se sentía poco valorado en el tiempo y esfuerzo que dedicaba a su labor en la agencia para la cual trabajaba.
Estaba seguro que iba a alcanzar el éxito formando su propia empresa y me detallaba con emoción cómo iba a hacer todos los proyectos de sitios web usando las mejores técnicas de SEO y más novedosas tendencias en diseño.
¿Sabías que la gran mayoría de los dueños le dedican 97% de su tiempo a la operación de la empresa, como autoempleado, dejando a un lado el crecimiento de su negocio?.
Fabio no tenía un plan de negocios, ni idea de cómo se administra el tiempo o el personal, sabía que era muy bueno en lo que hace y para él, eso bastaba para ganar más dinero y tener más libertad de la que tenía en la empresa donde ya hace 6 años trabajaba. Ya para abordar nuestro vuelo, le ofrecimos algunos consejos e intercambiamos correos.
Aunque resulta muy positivo pasar de los planes a la acción y fijarte como meta la independencia de tiempo y dinero, hay que tener mucho cuidado de no estancarte en lo que en ActionCOACH denominamos la “trampa del autoempleado”. ¿De qué se trata?. El emprendedor que inicia un negocio, al involucrarse arduamente en la operatividad del negocio, deja de lado la verdadera función de un dueño de negocio, y por consiguiente, queda atrapado como autoempleado que le resta más tiempo que el empleo y en ocasiones resulta menos rentable.
Te pregunto: ¿Qué te impulsó a incursionar en tu negocio? ¿Qué buscabas? ¿Qué soñabas antes de emprender y convertirte en el empresario que eres hoy?
En definitiva ¿Lograste alcanzar esas metas y sueños? ¿Es tu negocio rentable y funciona sin ti?
Si la respuesta es afirmativa, te felicito, porque significa que comprendiste el justo sentido del rol de dueño de negocio, es decir, invertiste tu tiempo buscando oportunidades de crecimiento y no te desgastaste en los problemas cotidianos de tu negocio, delegaste, te rodeaste de los mejores, aprendiste que no es necesaria tu presencia para que el proceso de tu negocio fluya, te involucraste en el conocimiento de los indicadores de crecimiento y rentabilidad de tu empresa, diste con la fórmula y el sistema de hacer más a menos costo e hiciste crecer tu patrimonio.
En otras palabras, te encumbraste hacia el éxito, mejoraste tu calidad de vida, comprobaste que se puede hacer lo que te gusta, que puedes viajar y disfrutar y el negocio no se paraliza, que puedes dedicar tiempo de calidad a tu familia, que puedes ser feliz y ser dueño de negocio al mismo tiempo.
Pero, si la respuesta es negativa, permíteme hacer un llamado de atención y pedirte que te detengas unos minutos y reflexiones sobre cómo has venido obrando, vuelvas a plantearte esas preguntas que te hice al inicio de este escrito y, en esa revisión, visualiza el momento en el cual te olvidaste de esos sueños y sencillamente decidiste enfrascarte en la operación de tu negocio.
En ese momento preciso dejaste de ser el dueño de tu negocio, y pasaste a ser autoempleado. Pero no eres un caso atípico, por el contrario, ¿Sabías que la gran mayoría de los dueños le dedican 97% de su tiempo a la operación de la empresa, dejando a un lado el crecimiento de su negocio?.
Este artículo lo escribo porque hace apenas unos días, recibí un correo de Fabio, quien luego de dos años, estaba a punto de buscar empleo nuevamente en la empresa donde trabajaba, porque tal como habíamos sospechado, su negocio resultó un autoempleo que le daba menos tiempo y a dos años todavía no había alcanzado su punto de equilibrio. En definitiva, ya Fabio va a comenzar un programa de ActionCOACH en la ciudad donde vive, que sin dudas lo va a llevar a construir una verdadera empresa y hacer de él un dueño de negocio en lugar de un autoempleado.
Es tiempo de retomar tu rol y encausar tu negocio hacia el éxito y el crecimiento. Es natural que cuando estás comenzando asumas todos los roles, eres el estratega, el administrador, el que contrata y el que vende el producto, sin embargo, cuando el negocio comienza a despegar y evolucionar, tu rol como dueño también debe evolucionar, aprendes a delegar, te adaptas a los cambios y empoderas a tu equipo, eso hace un dueño de negocio.
Desde ahora te invito a asumir tu rol como dueño y que lo visualices como tu negocio y no como tu trabajo. Ten presente que la dedicación y el compromiso con tu negocio no se mide por el número de horas que pases dentro de la misma, si no en lo que eres capaz de invertir para su crecimiento.
Un ActionCOACH puede guiarte en el proceso de construir una empresa comercial rentable que funcione sin que el dueño esté en su operación directamente. Si quieres más información, contáctame.
María Inés Morán