Las partes están ejerciendo presión. La lucha es titánica. No es simple ni cotidiana. Luego de dos décadas en el poder, el monstruo tiene muchas cabezas, pero han entrado en su fase terminal. El debilitamiento de la tiranía sigue sin deternerse y vamos por buen cause. La desesperación se les nota en sus rostros y sus últimas acciones son evidencia del desespero. La constancia será determinante, la claridad en el norte decisiva y cuidar la esperanza es vital. He ahí la clave del éxito.
Luego de distintos procesos, álgidos y estratégicos estamos respirando aires de libertad. La mayoría de la población venezolana que hoy está escuchando detenidamente, atendiendo las convocatorias y saliendo al asfalto está con más claridad en la ruta que ha sido trazada. Aunque, por tratarse de una situación agobiante y que cada día se empeora en términos sociales y económicos, la ansiedad ataca sin piedad.
Distintos son los comentarios, debates y anhelos sobre lo que actualmente tenemos a metros de nuestra frontera: la ayuda humanitaria. Eso ha sido el punto de honor conquistado en tan pocas semanas y ha dejado sin piel a la cúpula roja, mostrando, enceguecidos de poder, su más bárbaro lado contra el venezolano, a estas alturas y con el último respiro de un ahogado bloquean el paso por el que llegaría la esperanza materializada para 300 mil pacientes en riesgo de muerte.
Hay que recalcar que, la transición, punto “número dos” en esta ruta, no será fácil y para eso, se ha designado a nuestros mejores Parlamentarios con la más aguda asesoría en esa materia. La elaboración no es perfecta, ni mucho menos es la licencia de un dibujo libre. Es la posibilidad de volver al respeto de nuestra Constitución. En palabras sencillas: nuestra Asamblea Nacional está lista para la transición hacia la democracia. Ahora, ¿nosotros estamos listos? Pues, eso debemos responderlo sinceramente.
La respuesta debe venir de nuestro corazón en sinergia con nuestras neuronas, cuidando lo que hoy nos mueve, lo que hoy impulsa nuestro espíritu y es la esperanza que desde hace mucho tiempo no se sentía. La esperanza puede volar muy lejos y con mucha intensidad, pero si no la sostenemos con fuerza y convicción se desplomará sin piedad. He ahí, la clave de nuestro triunfo.
Hoy luchamos por nuestro futuro y “el futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad”, hoy luchamos por la libertad y “la libertad nunca es voluntariamente otorgada por el opresor; debe ser exigida por el que está siendo oprimido” y hoy luchamos por la victoria y “sin victoria no habrá supervivencia”.
@JorgeFSambrano
#RendirseNoEsUnaOpcion