Adelante a luchar milicianos
A la voz de la revolución
Libre y nuestra la patria en las manos
de su pueblo, por fuerza y razón.
Sin señor, sin baldón, sin tiranos
Con la paz, con la Ley, con la acción.
Himno de Acción Democrática
Ha podido ser la madre de todas las batallas, desplazar a la de las Queseras del Medio y hasta a la de Carabobo, pero no pudo ser. Comentan los especialistas en el tema militar que los soldados de la gloriosa Fuerza Armada Bolivariana condicionaron su participación al otorgamiento de un bono de guerra y 10 cajas CLAP; desechada la propuesta, la milicia bolivariana fue llamada a defender a la Patria.
En camiones, perreras, busetas, autobuses … todos destartalados, llegaron los milicianos, munidos de sus palos de escoba, hondas con piedras, cerbatanas y flechas y una bolsa de metras chinas que esperan lanzar a los pies de la caballería imperial. Les dieron su rancho de empanadas de cazón y agua de papelón cubano, la mayoría sufrió de diarreas y colitis por efecto del agua contaminada.
El Usurpador – cariacontecido, preocupado, sin ganas de echar un pie ni tocar tumbadora o bongo -, llamó a sus panas socialistas para invitarlos a que lo acompañaran en estos aciagos momentos, pero le sacaron el cuerpo: Evo tenía previsto un partido de futbol, Daniel iba a pescar tilapias, Moscú y Beijing no respondieron la llamada. MLO debía asistir al cumpleaños de un hermano El tío Raúl se excusó, alegó que ya pagaron su cuota en la guerra contra el Imperio en Bahía de Cochinos, y estaba muy ocupado escuchando música cubana para relajarse…en efecto, se escuchaba ¡Ahí viene Changó! El Usurpador entendió que la canción decía: ¡Ahí viene Guaidó! Y colgó – rápidamente y asustado -, el teléfono.
El conflicto velado entre el Dios dado y el Usurpador se puso crudamente de manifiesto: el primero arguyó que debería asumir el mando de las operaciones, en virtud de su condición de militar. El segundo – parodiando el brete entre Antonio Leocadio Guzmán y Juan Vicente González -, espetó: Yo no le doy mando a burro, el militar retirado ripostó, pero yo sí, y le entregó el bastón de mando que le dio su padrino López, actualmente enconchado en Fuerte Tiuna porque no cree en milicias, sino en misiles.
El recién nombrado Ministro de Propaganda para la Guerra contra el Imperio, implantó rápidamente dos medidas a fin de que los milicianos, colectivos y soldados, mantuvieran la moral en alto: por un lado, las consabidas consignas contra los yanquis y gringos, y la adopción de un himno que comenzó a difundirse a todo volumen, sin percatarse de que era el de Acción Democrática
Los helicópteros artillados del Imperio, también a todo volumen reproducen la canción premonitoria del futuro de la cúpula cívico militar: GUANTANAMERA