Un país con un referente cercano a lo que sucede en Venezuela es Panamá.
En 1983 Manuel Noriega ascendió a la jefatura de la Guardia Nacional de Panamá , y de ahí hizo fusionar y reestructurar todas las fuerzas armadas de Panamá y bajo su mando se creó las Fuerzas de Defensa de Panamá. Mediante la Ley 20 del 29 de septiembre de 1983 se crearon las estructuras en las cuales se fundamentó la organización y el funcionamiento de las Fuerzas de Defensa de la República de Panamá bajo el lema “Todo por la patria”.
Con ellas se consolidó la dictadura militar en ese país. Las F.F.D.D de Noriega, no de la nación, fueron una herramienta temible de la represión política contra sus opositores. Y Noriega devino en un narcodictador. Y las FFDD sus protectoras.
El 20 de diciembre de 1989 se inicia la intervención militar de Estados Unidos a Panamá, llamada Causa Justa. El 24 de diciembre Noriega se refugia en la Nunciatura Apostólica. El 3 de enero el narcodictador se entrega a las fuerzas estadounidenses.
En la casa de Noriega hallaron 8,22 millones de dólares en bolsas del Banco Nacional de Panamá junto a su cartera, pasaporte y tarjetas de crédito, según Rene de la Cova (agente de la DEA)
El Comando Sur del Ejército de los Estados Unidos reportó la muerte de 314 militares panameños, 202 civiles de la misma nacionalidad y 23 soldados estadounidenses durante la operación. Noriega fue llevado a Estados Unidos, enjuiciado por el delito de narcotráfico y condenado a 40 años de prisión. Luego extraditado a Francia donde cumplió también condena por narcotráfico.
El 10 de febrero de 1990, el gobierno del entonces presidente Guillermo Endara abolió las FFDD de Panamá y reformó el aparato de seguridad mediante la creación de la Fuerza Pública panameña. En octubre de 1994, la Asamblea Legislativa de Panamá aprobó una enmienda constitucional que prohíbe la creación de una fuerza militar permanente, sino que permite el establecimiento de unas fuerzas armadas especiales de carácter temporal para hacer frente a los actos de “agresión externa”. El formato de las Fuerzas de Defensa fue reemplazado por la fuerza pública panameña.
De ahí hasta hoy, esa fuerza armada panameña y su lema “Todo por la Patria” quedaron abolidas, con el deshonor, la derrota militar y la repulsa social que dura hasta hoy.
Maduro y su FANB en 2019
Este mes de febrero, la FANB estrenó un nuevo lema “Leales siempre, traidores nunca” acuñado por la cúpula militar chavista. Esa misma FANB que acumula un largo historial de violaciones a los DDHH, actividades ilícitas, y participaciones en fraudes electorales.
Hoy, a excepción de la cúpula, que forma parte de la oligarquía roja, es una fuerza armada disminuída, con un pie de guerra que a duras penas supera los 100.000 militares, con equipos chatarrizados, con sueldos de hambre, y sin dotaciones en el cuarteles.
Esa FANB sufre hoy el dilema de prisionero: “Leales siempre, traidores nunca” ¿a quién? ¿Al pueblo de Venezuela o a Maduro? Maduro es reo por corrupción en el caso Odebretch, tiene una acusación en la Corte Penal Internacional por delitos de Lesa Humanidad. No tiene el reconocimiento de las poderosas democracias occidentales y su OTAN. Su oligarquía tiene sanciones individuales por ladrones. Pdvsa, arriunada, además tiene sanciones de EEUU. El país se encamina a quedarse sin gas doméstico, por la caída de la producción petrolera, y con permanente cortes eléctricos por la nefasta gestión madurista en Corpoelec. Cantv apenas comunica. Las empresa de Guayana no producen.
El país está miserable, la escasez de alimentos y medicinas es lamentable, las enfermedades endémicas rebrotaron, la hiperinflación nos arruina. La destrucción de la producción nacional no cesa. La emigración alcanza el 17% del total de la población nacional y no disminuye.
Una avalancha de ayuda humanitaria de decenas de países se encamina a Venezuela. Serán decenas los puntos de acopio. Ahí de nuevo, a los militares se les presentará su última oportunidad de decidir. ¿Leales a quién?
Que el ejemplo de Panamá les sirva de advertencia. De hecho, les atormenta. Pero ahí tienen la solución del dilema
Otro
Maduro y su oligarquía hablan de un millón de milicianos en armas. Las experiencias militares recientes indican que las milicias sólo sirven para recoger muertos y escombros ante los misiles lanzados desde drones o barcos a cientos de kilómetros de distancia. Nunca para enfrentar a un ejército profesional.
Este artículo es la continuación de De Maduro a mango bajito
David Morán Bohórquez es ingeniero industrial y articulista venezolano @morandavid