Las acciones violentas de funcionarios armados provocaron el incendio de dos camiones que trasladaban comida y medicinas para personas necesitadas que se encuentran en Venezuela.
El líder opositor de Venezuela Juan Guaidó, a quien decenas de países reconocen como el presidente interino de la nación petrolera, busca ingresar insumos desde varias naciones vecinas para atender la profunda crisis económica y escasez que sufre la nación petrolera.
Molesto por el reconocimiento a Guaidó y el acopio de ayuda, el presidente Nicolás Maduro rompió totalmente las relaciones diplomáticas con Bogotá, que ya estaban en su menor nivel.
Fuertes detonaciones se escuchaban mientras se registraban choques entre las fuerzas de seguridad y manifestantes, según testigos. En el hospital de la localidad, una doctora dio un reporte oficial con al menos una decena de heridos y los dos fallecidos.
Al hospital de la población brasileña de Pacaraima, en la frontera con Venezuela, llegaron cuatro heridos de bala, que tras recibir los primeros auxilios fueron llevados a Boa Vista, capital del estado limítrofe de Roraima.
Desde la ciudad fronteriza colombiana de Cúcuta, Guaidó despidió a los camiones junto al mandatario de Colombia, el conservador Iván Duque, en un centro de acopio donde se estaban almacenadas toneladas de suministros enviados por Estados Unidos y otros países.
Tras recibir la ayuda formalmente de parte de Duque, Guaidó trepó a un camión de insumos en dirección a la frontera, cerrada del lado venezolano.
Pero mientras los camiones avanzaban, en la cercana ciudad limítrofe venezolana de San Antonio fuerzas de seguridad fieles a Maduro lanzaron gases lacrimógenos y balas de goma a una marcha de diputados y simpatizantes que se dirigían al puente fronterizo Simón Bolívar para recoger la ayuda.
Los manifestantes respondieron lanzando piedras al contingente, mientras del lado colombiano se formaba una cadena humana con intención de alistarse a pasar las cajas con ayuda.
“Están masacrando al pueblo de Venezuela en Santa Elena de Uairén y en San Antonio”, dijo Guaidó.
El puente, el principal paso entre los dos países, continuaba bloqueado por efectivos de la Guardia Nacional Venezolana.
“Dejamos el miedo y vamos a sacar esto de aquí. Los militares están atacando manipulados por el gobierno pero ellos tienen familia que están pasando las mismas necesidades que nosotros, sin comida”, dijo Sobeida Monsalve, un ama de casa de 42 años.
LENTO AVANCE
Dos camiones con ayuda cruzaron la frontera de Brasil hacia Venezuela, dijo el diputado opositor Miguel Pizarro en Caracas. Pero ambos vehículos no habían superado la aduana, según un testigo de Reuters.
Tanto del lado colombiano como el brasileño la situación parecía ser la misma: los camiones están técnicamente en territorio venezolano pero se necesita que los militares levanten sus piquetes para que puedan avanzar.
Pizarro también relató que un barco con ayuda ingresaría en próximas horas en aguas venezolanas con 200 toneladas de insumos, pero que el buque que “partió con ayuda desde Puerto Rico se encuentra asediado”. No dio detalles.
En la venezolana Ureña, simpatizantes de la oposición rodearon y desalojaron un bus que transportaba partidarios oficialistas para luego prenderle fuego.
En Ureña dos camiones con ayuda quedaron envueltos en llamas en medio de una violenta refriega entre agentes de seguridad que disparaban gas lacrimógeno y manifestantes encapuchados, algunos lanzando bombas molotov, en uno de los puentes fronterizos.
La diputada opositora Gaby Arellano, que está en Ureña, denunció que el incendio fue producto de la acción policial para frenar el avance de los vehículos que estaban ya sobre el puente binacional Francisco de Paula Santander.
A un tercer camión se le incendió solo la parte delantera y voluntarios de la oposición lograron rescatar cajas blancas donde iba el material de ayuda, mientras en el asfalto del puente quedaron los restos de los vehículos quemados, así como lentejas chamuscadas, dijo un testigo de Reuters.
“Solo un régimen indolente es capaz de quemar medicinas”, dijo en conferencia de prensa Pizarro. “Ellos fueron los que atacaron la caravana y eso causó el fuego”, agregó.
Los vehículos incendiados iba cargados con “alimentos, soportes nutricionales para niños desnutridos (…) unas fórmulas especiales y había cargamentos de medicamentos”, dijo el doctor Julio Castro, parte del equipo que apoya la ayuda.
Un testigo de Reuters relató que en otro episodio, manifestantes quemaron uniformes militares almacenados en una escuela de la localidad, mientras un grupo de voluntarias, llamadas Damas de Blanco, atendía a heridos de balas de goma en un improvisado puesto dentro de una casa.
La comunidad internacional ha pedido a los militares venezolanos permitir el paso de los alimentos y las medicinas.
Al menos 23 uniformados venezolanos -entre ellos 10 miembros de la Guardia Nacional- desertaron el sábado a territorio colombiano en medio de la tensión en la región, según informó la autoridad migratoria nacional colombiana.
“No son desertores aquellos guardias y efectivos de las FFAA que decidan sumarse a nuestra lucha. Han decidido ponerse del lado del Pueblo y de la Constitución”, escribió en su cuenta de Twitter Guaidó, quien se proclamó presidente encargado en enero, para después publicar un video en el que los uniformados lo reconocían como jefe de Estado.
El gobierno de Maduro rechaza que exista una crisis humanitaria y califica como un “show barato” el intento opositor de pasar asistencia, pese a que desde 2015 al menos 3,4 millones de personas han salido de Venezuela, según Naciones Unidas.
Analistas políticos opinan que el plan de ingresar la asistencia tiene menos que ver con resolver las necesidades de Venezuela y más con probar la lealtad de los militares hacia Maduro.