El número total de contagios de ébola en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC) ya suma 900 casos, mientras que las muertes se elevan a 565, según los últimos datos divulgados por el Ministerio de Sanidad.
En un informe oficial remitido hoy a Efe con cifras vigentes hasta el 5 de marzo, las autoridades cifraron en 900 los contagios, 835 de ellos confirmados en laboratorio y 65 probables, y en 565 las muertes, de las que 500 dieron positivo en el laboratorio.
Este martes, el ministro congoleño de Sanidad, Oly Ilunga Kalenga, calificó la evolución de respuesta a esta epidemia de “positiva en general” y aseguró que se encuentra “relativamente bajo control” en la mayoría de las áreas afectadas, en declaraciones a los medios en Kinshasa.
De las 19 zonas donde está activo el brote, en 10 de ellas no se ha reportado ningún caso en los últimos 22 días, mientras que las urbes de Butembo y de Katwa -en la provincia de Kivu del Norte- continúan siendo los principales focos, al aglutinar más del 86 % de los nuevos casos confirmados.
La “reticencia de la comunidad se ha tornado particularmente violenta” en Butembo y Katwa, señaló Ilunga, ya que todavía son muchos quienes se niegan a ser tratados -por miedo a ser rechazados por su comunidad- o prefieren acudir a curanderos tradicionales.
En esas dos ciudades, Médicos Sin Fronteras (MSF) tuvo que suspender sus actividades en dos centros de tratamiento de ébola a finales de febrero, tras ser atacados por grupos armados provocando la muerte de dos pacientes en Katwa y de un policía en Butembo.
Estas áreas viven desde hace años en conflicto a causa de la presencia de decenas de milicias rebeldes enfrentadas al Ejército de RDC y a los efectivos de la misión de la ONU en el país (MONUSCO), lo que dificulta en gran escala la contención del ébola.
“Si la respuesta no se implementa de manera efectiva, si los equipos no pueden continuar con la identificación de contactos, vacunaciones y otras actividades de respuesta, presenciaremos un nuevo brote acompañado por docenas de muertes adicionales”, advirtió Ilunga.
“No podemos permitirnos perder el control de esta epidemia”, sentenció.
Desde el pasado 8 de agosto, fecha en la que las autoridades dieron comienzo a la campaña de vacunación, casi 86.000 personas han sido inoculadas, en su mayoría, en las ciudades de Katwa, Beni, Butembo y Mabalako.
El brote actual es el décimo que padece la RDC, el que ha contado con el mayor número de contagios en el país y el segundo más letal de la historia.
El brote más devastador a nivel global -que dejó 11.300 muertos y más de 28.500 infectados, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)- fue declarado en marzo de 2014 en Guinea-Conakri.
Desde esta nación se expandió de forma exponencial a países vecinos como Sierra Leona y Liberia, en parte, por la tradición de lavar y besar a los muertos en funerales multitudinarios, una costumbre que también se da en RDC.
EFE