Venezuela enfrentaba el domingo un tercer día sin energía eléctrica, lo que provocaba angustia en habitantes por los efectos que tiene sobre la atención de salud, las comunicaciones y el transporte.
El gobierno ha dicho que el corte del servicio eléctrico, que comenzó el jueves a las 1700 hora local (2100 GMT), se debió a un “sabotaje” en la hidroeléctrica Guri, la más grande del país, en momentos en que hay una fuerte presión interna e internacional contra la administración socialista.
El presidente Nicolás Maduro dijo el domingo en Twitter que el sistema eléctrico “ha sido objeto de múltiples ataques cibernéticos”, pero prometió que “en las próximas horas” el suministro se restablecerá “de forma estable y definitiva”.
Pero el líder opositor Juan Guaidó, reconocido por docenas de países como el presidente legítimo del país, destacó que hasta el mediodía del domingo no había un balance oficial sobre lo sucedido, ni cuántos de los 23 estados están afectados.
“Este régimen a esta hora, tres días después (de) un apagón sin precedentes no tienen un diagnóstico. Hablan de iguana, godzila, hackeo, cosa que es mentira”, dijo Guaidó en referencia a que en el pasado autoridades aseguraron que animales han provocado daños en cables y tendidos eléctricos.
La Asamblea Nacional, que preside Guaidó, se reunirá el martes para discutir y aprobar una declaración “de alarma”, una figura de la Constitución que se usa en caso de “catástrofes, calamidades públicas”, agregó en conferencia de prensa en la sede del Parlamento.
En algunas zonas de la capital y de otras ciudades del país regresaba de forma intermitente el servicio eléctrico, pero expertos advertían del riesgo de nuevos apagones.
Si bien el suministro se reanudó el viernes en partes de Caracas y otras localidades, se volvió a cortar la luz el mediodía del sábado en casi todo el país.
“Un segundo megaapagón ocurrió ayer al mediodía porque no habían resuelto la verdadera falla adecuadamente”, dijo el especialista José Aguilar. “Tuvieron que partir de cero otra vez”, agregó.
Los expertos consultados creen que la falla se originó en las líneas de transmisión que transportan energía desde las hidroeléctricas al sur venezolano y el gobierno cuenta con equipos precarios y poco personal para enfrentar la emergencia.
El apagón ha sido el más prolongando en Venezuela en décadas.
La organización no gubernamental Médicos por la Salud denunció el sábado que la falta de suministro de energía y la carencia de plantas de respaldo han provocado la muerte de 17 personas en hospitales públicos de Caracas y otras localidades, pero no ofreció detalles.
El Ministerio de Comunicación no respondió a una solicitud de comentarios sobre los reportes.
Cortas velaciones, regalan alimentos
En las funerarias aceptaban prestar el servicio, siempre que los clientes firmaran pagarés para asumir los gastos. “Han sido velaciones cortas, de 6 a 7 horas, porque la misma gente al ver que no hay iluminación se va temprano”, dijo Carlos Peña, encargado de una funeraria al este de la ciudad.
En las principales vías de Caracas, había más tráfico del habitual para un día domingo. Muchos conductores hacían filas en las pocas bombas de gasolina que reanudaban operaciones al regresar la electricidad y otros se detenían en medio de algunas vías donde sí funcionaban los teléfonos móviles.
Representantes del sector gasolinero dijeron que de las 1.800 estaciones de servicio que hay en el país, sólo un centenar estaban operativas.
En algunos barrios de la capital, los vecinos comenzaban a bloquear las calles en protesta por la falta de energía y un cuerpo de motorizados de la Guardia Nacional recorría la ciudad para evitar brotes de violencia.
El servicio subterráneo Metro de Caracas seguía sin funcionar, y casi ningún transporte público operaba en la ciudad, dificultando la comunicación en la capital, donde pocas emisoras de radio podían transmitir información usando plantas eléctricas.
Los comerciantes que no podían mantener en funcionamiento los refrigeradores de sus negocios comenzaron a regalar queso, verduras y carne a los clientes. Jenny Paredes, dueña de un café, dijo que regalaría la leche que ya no podía refrigerar más a los niños que viven en las calles.
Otros comercios sufrieron el robo de su mercancía. Un pequeño supermercado en un área de la clase obrera del oeste de Caracas fue saqueado el sábado por la noche después de que los manifestantes obstruyeron una avenida y se enfrentaron con la policía, según los vecinos y el dueño de la tienda, Manuel Caldeira, de 58 años.
Pocas panaderías, supermercados, restaurantes y licorerías abiertas que funcionaban con plantas eléctricas preferían recibir dólares en efectivo durante el fin de semana, según testigos de Reuters. Por una bolsa de hielo cobraban tres dólares el sábado.
La extensión del apagón en el bombeo de petróleo crudo del país, la fuente de casi todos los ingresos de exportación del gobierno, no estaba clara. La mayoría de las empresas conjuntas entre PDVSA y los socios extranjeros en la Faja del Orinoco funcionan con sus propios generadores, pero muchos campos en el estado de Zulia occidental dependen de la red eléctrica.
PDVSA no ha respondido a múltiples pedidos de comentarios sobre el impacto del apagón en la producción de petróleo. En un tuit el domingo, la firma llamó a “mantener la calma” y dijo que los suministros de combustible estaban garantizados.
Por Mayela Armas y Deisy Buitrago/Con información de Reuters