La electricidad es imperialista del Norte en su concepción, forma, uso y distribución; Thomas Alva Edinson no era maracucho como el filósofo popular marabino, sino ciudadano mismo del Imperio. La compañía de electricidad nuestra, nacionalizada ya, lacaya del inventor gringo, oligarca primero ella, merecedora de la pronta justicia revolucionaria después para arrebatársela al credo mormón, no Borbón, para que no me mande a callar de nuevo Su Majestad Imperial. ¡Coño, cuántos imperios debo enfrentar en mi llanera vida!
En consecuencia, ¡pendejo no soy! ¡Ni de vaina camarita! Soberanamente decreto de inmediato la MISIÓN VELA A TODA VELA que complementará la ROBINSON porque Manuelita murió, paupérrima como debe ser, en el Ecuador fabricando velas de sebo ¡Saludos Correíta, ya te instruiré sobre lo que debes ejecutar para el Museo Mundial de la Manuela que con mi propia mano zurda, libertaria y eficaz, inauguraré jadeante sin tener en cuenta el polvo del camino!
Súbditos míos, por siempre y para siempre espero, como ejemplo del más eficiente socialismo contemporáneo, ordeno:
1- Adquirir en MERCAL o PDVAL su paquetito de velas, el Ministro Popular para la Escasa Iluminación Revolucionaria se encargará de administrar el número de candiles por persona.
2- Devolver los focos entregados por los caribeños aliados en la ya inútil MISIÖN BOMBILLO.
3- Asistir al metro, al teatro de la revolución, a las marchas revolucionarias con sus respectivas antorchas bolivarianas.
4- A las nueve p.m. deberán apagar los quinqués. A medianoche me apareceré disfrazado de COCO para asustarlos una vez más.
Los pillaré con frenesí, vestido con mi capa roja rojita de Drácula socialista.
¡Patria, Oscuridad y Muerte!
¡Venceremos!