Por Ludmila Vinogradoff
@ludmilavino
“La maleza estaba muy alta y se produjo un incendio”, lo que destruyó las líneas de transmisión de electricidad de la principal central hidroeléctrica del Guri el pasado jueves y sumió en la oscuridad al país, aseguró ayer el presidente de la Asociación Venezolana de Energía Eléctrica del Colegio de Ingenieros, Winston Cabas, publica ABC.
Cabas informó a la prensa local de que los apagones continuados que está sufriendo Venezuela desde hace seis días son el resultado de la inestabilidad y la fragilidad del sistema eléctrico, y añadió que para repararlo el régimen de Nicolás Maduro no dispone de personal calificado ni de recursos necesarios para restituir pronto del servicio.
En condiciones normales la reparación del fallo eléctrico llevaría entre 4 y 8 horas, pero dado el deterioro que presenta la estructura los apagones durarán entre 5 y 6 días más porque el restablecimiento se está haciendo de forma manual en cada región.
Cabas desmintió al régimen de Maduro, que ha acusado a Juan Guaidó y a los Estados Unidos de sabotear el sistema eléctrico con un supuesto ataque cibernético. «Para empezar esto es imposible porque el sistema nacional no es digital sino analógico».
Cabas dijo que el incendio se produjo en el corredor de la línea de 765 Kv que conecta con el Guri. «La maleza estaba muy alta y se produjo un incendio que sacó de funcionamiento a dos conductores por sobrecalentamiento y uno más cayó por sobrecarga de energía lo que tumbó la transmisión de las líneas. Es importante decir que entre 80 y 90% de la generación de electricidad en el país depende de la hidroeléctrica».
El ingeniero instó al régimen a realizar una auditoría técnica en la cual participen los expertos, las universidades, el colegio de ingenieros y representantes ministeriales para evaluar qué pasó, cuáles fueron las causas reales del problema y cuál es el estado actual del sistema para informar apropiadamente a la población.
Recordó que los técnicos de la corporación estatal Corpoelec han advertido desde hace un año de la necesidad de darle mantenimiento a las torres de transmisión para evitar los incendios. «Y todos los recursos que se le han invertido se los robado», se habla de más de 100.000 millones de dólares tragados por la corrupción.
«La gente debe saber que en este momento se está aplicando racionamiento, pero no se lo están informando. La energía que estamos recibiendo ahora es termoeléctrica, pero el gobierno tiene que obligar a Pdvsa a producir el combustible que se requiere para que se mantengan funcionando porque si no también se van a apagar», añadió.
Siguen los saqueos
Una de las consecuencia de los cortes de luz han sido los saqueos, que ayer continuaban, especialmente en el estado de Zulia. «Están saqueando de todo», dijo Diana Rodríguez a ABC, una zuliana que ha sido testigo de los desvalijos en más de una decena de comercios. «Veo a la gente corriendo, saqueando, algunos (llevan) comida, y otros saqueando hasta computadoras y zapatos».
El estado Zulia (noroeste) ha sido uno de los estados más afectados por el apagón en Venezuela. «Nos estamos organizando entre los vecinos y compartimos el agua, compartimos la comida (…) Decidimos hacer dos comidas diarias para rendir los huevos que es lo que tenemos», comenta Rodríguez, preocupada por la comida que puede pudrir por falta de refrigeración. Los venezolanos han optado por la compra de hielo. Cada bolsa, de cinco litros, es vendida hasta en cuatro dólares (el salario mínimo equivale a seis).
Los saqueadores se mueven en grupos. Esperan que caiga la noche para violentar las puertas de los supermercados o comercios. Episodios que han generado una «lluvia de tiros», reprimida con gases lacrimógenos, según el informe de las redes sociales. Sin embargo, para el gobernador del estado, Omar Prieto, «el 99 % del pueblo zuliano está en paz».
Por su parte, el presidente interino, Juan Guaidó, llamó a los venezolanos a realizar ayer una nueva protesta, en esta ocasión por el apagón, desde la acera de sus casas junto a los vecinos y con cacerolas. Y Nicolás Maduro extendió la suspensión de clases y asueto laboral hasta mañana jueves porque no hay transporte público y el Metro de Caracas no funciona.