Boeing ha pausado las entregas, pero no la producción, de su aeronave más vendida y está trabajando en una actualización de software para ayudar a resolver los problemas posteriores al despegue con el recorte de potencia y la información del sensor de ángulo de ataque que puede haber jugado un papel fundamental en los dos choques. Pero para este momento toda la flota mundial está parada y en tierra, ¿qué está pasando?
El 737 MAX es la aeronave bandera de Boeing, con la mayor velocidad de ventas en la historia de la compañía. Acumula órdenes, desde que efectuó su primer vuelo el 29 de enero de 2016, por 5.000 aeronaves para 100 empresas a nivel mundial, en alguna de sus cuatro variantes y representa para la empresa una parte muy importante de los 100.000 millones de dólares en ventas anuales.
Su primer accidente ocurrió en octubre del 2018, con la aeronave de Lion Air 610, donde fallecieron 181 pasajeros y 8 tripulantes, estrellándose en el Mar de Java. El segundo en marzo de 2019 en el vuelo 302 de Etiopía Airlines, con un saldo de 149 pasajeros y 8 tripulantes, todos fallecidos. Ambas aeronaves eran de la variante 737 MAX-8.
Aun cuando ambas investigaciones están en pleno desarrollo, los informes preliminares sobre el accidente del LA 610 indicaron que las dificultades del piloto con el sistema de programación del 737 MAX y la información de ángulo de ataque (AOA) informada incorrectamente pueden haber desempeñado un papel en ese accidente, lo que llevó a la FAA a requerir una actualización del manual de vuelo, la cual Boeing sacó el 6 de noviembre.
Boeing ha pausado las entregas, pero no la producción, de su aeronave más vendida y está trabajando en una actualización de software para ayudar a resolver los problemas posteriores al despegue con el recorte de potencia y la información del sensor de ángulo de ataque que puede haber jugado un papel fundamental en los dos choques.
Pero para este momento toda la flota mundial está parada y en tierra, ¿qué está pasando?
Continúe leyendo aquí.