Pablo Iglesias dijo que no iba a pronunciar un discurso convencional, y eso fue lo que hizo, por más que, confesó, había pensado mucho en lo que iba a decir a su vuelta. El líder de Podemos reapareció este sábado en Madrid. Iglesias, tan convencional, confirmó la esencia ideológica de Podemos y la propuesta de poder, cerca del chavismo, sin matices. Ya habló, y ya las élites y el electorado de España están avisados de lo que pretende.
Por Juan Carlos Zapata / Al Navío
Recuerda Pablo Iglesias al Hugo Chávez de 1998, al de aquella primera elección que ganó, y cuando tampoco ocultó lo que pretendía. Allá las élites que creyeron que acercándose, rodeándolo, financiándolo, recibiéndolo en el corazón de las finanzas y en reuniones celebradas en casas del Country Club de Caracas, y poniéndole las televisoras, las radios y los periódicos a la orden, podían manejarlo. Apenas llegó al poder, Chávez arremetió contra lo que dio en llamar la “oligarquía”, y la derrotó. Pablo Iglesias ha puesto sobre aviso a 20 familias que, según dijo, tienen más poder en España que los diputados del Congreso, y cabe lo mismo para fondos buitres y multinacionales. Chávez terminó sustituyendo una oligarquía por otra. Chávez creó la boliburguesía que se nutrió con los dineros de la corrupción, y creó una casta que terminó secuestrando el poder, y arruinando a Venezuela.
Pablo Iglesias confesó que ahora sí que conoce la dinámica del poder en España. Sabe quiénes mandan de verdad. En esto le lleva ventaja a Chávez, que no había contado con posiciones de poder, aunque imaginaba cómo operaba. El jefe de Podemos lleva 5 años en el Parlamento y en este lapso se ha reunido con los más altos representantes del capital de España, revelando cómo de uno de ellos recibió información valiosa. A Chávez también, ingenuos capitanes de empresa, dueños de empresa, dueños de medios, también le suministraron información de primera mano. Después aparecieron entre las primeras víctimas del chavismo.
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