Venezuela es un freno a la integración, afirma analista de Elcano

Venezuela es un freno a la integración, afirma analista de Elcano

Carlos Malamud, investigador principal para América Latina del Real Instituto Elcano (RIE). EFE/Orlando Barría

 

La crisis venezolana afecta “la cuestión suramericana”, ha “acabado” con la Unasur y la Celac y propiciado el surgimiento de Prosur, un mecanismo que debe ser visto con “recelo”, según dijo Carlos Malamud, investigador del Real Instituto Elcano.

El historiador argentino, analista de asuntos latinoamericanos de la institución con sede en Madrid, dijo en una entrevista con Efe en Brasilia que la aguda crisis de Venezuela y su imprevisible solución tiene y puede tener “unas consecuencias que desestabilicen a toda la región”.

La salida a la situación venezolana, según Malamud, es incierta.

“Parece que estamos en el principio del fin, pero no sabemos cómo será ese fin, si será pactado o violento”, indicó el investigador, quien no cree en la posibilidad de una “guerra civil”, sobre todo porque la oposición venezolana “está desarmada”.

Aún así, alertó sobre un posible conflicto entre los sectores que permanecen fieles al presidente Nicolás Maduro, entre los que ubicó a miembros del Ejército, las milicias bolivarianas y los llamados “colectivos”.

Como resultado directo de esa crisis, junto con la irrupción en la región de Gobiernos conservadores, citó la desaparición de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la parálisis que afecta a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

“La Unasur fue una oportunidad de oro para la convergencia entre el Mercosur y la Comunidad Andina”, declaró Malamud, quien consideró que esa organización “fracasó” por el mismo contenido ideológico que ahora se percibe en el Progreso de América del Sur (Prosur), que ha sido impulsado por los gobiernos conservadores de la región.

“Lo veo con mucha cautela. Con recelo. Soy muy parco a la hora de hacer proyecciones futuras, pero con Prosur me temo lo peor y es que no termine en nada”, indicó el investigador del Instituto Elcano.

En su opinión, el mecanismo propuesto por el presidente chileno, Sebastián Piñera, refuerza la idea de que “la integración en América Latina es una permanente huida hacia adelante” y “nace con el mismo pecado original de la Unasur”, que es el factor “ideológico”, aunque ahora inclinado a la derecha.

“¿Qué va a pasar cuando haya alternancia en el poder en algunos países? ¿Habrá entonces un cambio radical en Prosur?”, planteó el historiador argentino, quien consideró que en ese nuevo proceso “hay mucha improvisación y mucho peso de la diplomacia presidencial”, lo cual lleva a pensar que “así será complicado construir un futuro”.

También dijo que el vuelco a la derecha es patente en Suramérica, pero no en el resto de la región, pues si el ultraderechista Jair Bolsonaro llegó al poder en Brasil, también lo hizo el progresista Andrés Manuel López Obrador en México, lo que ha puesto a las dos mayores economías regionales en las antípodas de la ideología.

Asimismo, apuntó que, aún en Suramérica, existen fuertes matices entre los Gobiernos conservadores que imperan en la región, entre los que destacó a los de Mauricio Macri en Argentina, Bolsonaro en Brasil y Piñera en Chile.

“Las derechas que gobiernan hoy en Suramérica son muy diferentes entre ellas y tal vez Macri sea el de más difícil calificación, pues si sus políticas económicas están claramente identificadas con el pensamiento conservador, fue quien lanzó la discusión sobre el tema del aborto y tampoco vive invocando a Dios, como otros”, indicó.

También señaló que, en el caso de Piñera, “sabe” que en Chile “no puede avanzar en una agenda de valores” como la de Bolsonaro.

Según Malamud, ni en Argentina ni en Chile se podría enaltecer a las dictaduras de las décadas de 1960 y 1970, algo que Bolsonaro ha llevado al extremo de pedir que el pasado domingo se conmemorara el 55 aniversario del golpe de 1964, que dio inicio a un período de gobiernos militares que se prolongó durante 21 años.

“Si Macri dijera que en Argentina se tiene que celebrar un 24 de marzo”, por la fecha del golpe que en 1976 encabezó el general Jorge Rafael Videla, “el país se le viene abajo”, declaró el investigador del Instituto Elcano.

EFE

 

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