Desde el día del inicio del primer gran apagón nacional en Venezuela, hace cuatro semanas, hasta el martes pasado, en el edificio de Maracaibo donde vive Claudia González solamente han recibido agua procedente del acueducto municipal durante un total de tres horas.
Las graves fallas en el servicio eléctrico registradas desde el pasado 7 de marzo han tenido un efecto devastador en el suministro de este líquido.
Y, según los expertos, también podrían generar una “catástrofe sanitaria”.
González (quien pidió no ser citada por su nombre real para evitar represalias) reside en una zona de clase media de la segunda urbe más importante Venezuela, que también es la más golpeada por esta crisis.
“La ciudad venezolana con problemas más graves es Maracaibo”, le dice a BBC Mundo José María de Viana, un ingeniero civil que entre 1992 y 1999 fue presidente de Hidrocapital, la empresa hidrológica de Caracas.
De Viana indica que el suministro de agua a las grandes urbes venezolanas depende en estos momentos de sistemas de bombeo que requieren de mucha electricidad.
Y Maracaibo, al estar tan lejos de su fuente de energía en el sudeste del país, ha tenido más dificultades para restablecer el servicio.
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