Un total de 702 personas han muerto por el ébola en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC) desde que se declaró el brote de la enfermedad el pasado agosto, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad.
En un informe oficial remitido hoy a Efe con cifras vigentes hasta el 4 de abril, las autoridades cifraron en 702 los decesos, de los que 636 dieron positivo en pruebas de laboratorio y el resto son probables.
Los casos de contagio ascienden ya a 1.117, de los cuales 1.051 están confirmados en el laboratorio.
Este brote -el más letal de la historia de RDC y el segundo del mundo por muertes y casos, tras la epidemia en África Occidental de 2014-, se declaró el pasado 1 de agosto en las provincias de Kivu del Norte e Ituri.
Sin embargo, el control de la epidemia se ha visto perjudicado por el rechazo de algunas comunidades a recibir tratamiento y la inseguridad en la zona, donde operan numerosos grupos armados.
Desde el pasado 8 de agosto, cuando comenzaron las vacunaciones, más de 95.100 personas han sido inoculadas, en su mayoría en las ciudades de Katwa, Beni, Butembo, Mabalako y Mandima, de acuerdo con los últimos datos del Ministerio de Sanidad.
Entre otros estragos, la epidemia ha dejado, hasta la fecha, a 1.400 niños huérfanos o separados de sus padres en Butembo y Beni, en la provincia de Kivu del Norte, según informó este viernes el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef).
El brote de ébola más devastador a nivel mundial fue declarado en marzo de 2014, con casos que se remontan a diciembre de 2013 en Guinea-Conakri, país del que se expandió a Sierra Leona y Liberia.
Casi dos años después, en enero de 2016, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el fin de esta epidemia, en la que murieron 11.300 personas y más de 28.500 fueron contagiadas, cifras que, según esta agencia de la ONU, podrían ser conservadoras.
El virus del ébola se transmite a través del contacto directo con la sangre y los fluidos corporales contaminados, provoca fiebre hemorrágica y puede llegar a alcanzar una tasa de mortalidad del 90 % si no es tratado a tiempo.
EFE