No se qué es peor, si el caos generalizado que estamos viviendo en el Zulia o que quienes nos gobiernan sean tan cínicos. Los racionamientos eléctricos por 18 o 20 horas diarias son inhumanos, la falta de agua nos obliga a convertirnos en camellos y la vida se nos va metidos en una cola de 7 horas para echar gasolina o de 2 horas promedio para pagar en los establecimientos por las fallas en los puntos de venta.
En medio de todas estas penurias que nos mantienen a los zulianos en niveles permanentes de desesperación, angustia y marginalidad, ni siquiera podemos expresar nuestra inconformidad porque el aparato represor regional arremete de manera inmisericorde en contra de un pueblo que sólo exige vivir con un poco de dignidad, como pasó el sábado en los puntos de concentración de la Operación Libertad, sobre todo en los dos dispuestos en Maracaibo.
Además, con su cara tan lavada hablan de “horarios de energización” por 4 o 6 horas cuando en realidad se trata de que pasamos prácticamente todo el día sin electricidad. Anuncian y anuncian la publicación de horarios de racionamiento para que la gente medianamente pueda ajustar su ritmo de vida y trabajo en medio de este caos, y ni eso cumplen. Amenazan con total desparpajo con decomisar las plantas eléctricas a los privados para dárselas a los hospitales y no es que nuestros enfermos no se lo merezcan, lo que no es justo es que sigan arrebatándole las cosas a la gente para tapar la desidia y el abandobo en el que tienen todos los centros de salud de la región.
Quienes hoy están al frente de la dirección del estado, con sus municipios incluidos, pareciera que vivieran en Narnia. Anuncian con bombos y platillos por Twitter intervenciones en estaciones de servicio porque cobran en dólares o pesos colombianos, y parecieran no darse cuenta que ahora esa es la regla, que lo mismo sucede en todas partes, incluso en las bodegas de las zonas más humildes. Es que sencillamente en el Zulia desde hace rato no hay efectivo y los puntos de venta no funcionan.
Cuando se conjugan la suerte, la electricidad y que haya sistema en los bancos, entonces la gente podrá retirar entre 5 y 10 mil bolívares, depende de la institución, lo que no alcanza ni para un cartón de huevos, ni para un kilo de carne y ni hablar del pollo, quizás para un kilo de arroz o para un paquete de harina.
En el Zulia estamos fregados por donde nos miren. Cada día nos vulneran más las posibilidades de sobrevivir. Y ahora es cuando comienza la peor parte: los pocos negocios que quedan están comenzando a darle vacaciones colectivas a sus empleados para no despedirlos, otros ya se han quedado en la calle. Lo que viene es quiebra y desempleo parejo. La crisis socioeconómica se sigue profundizando y quienes nos gobiernan sólo se ocupan de reprimir y de armar el juego de palabras que utilizarán al día siguiente para pretender que nos engañan una vez más.
Gladys Socorro
Periodista
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