La llegada de dos aviones rusos con un centenar de efectivos de ese país a Caracas el pasado 23 de marzo desató una ola de tensiones y especulaciones, principalmente por el objetivo que tendrían estos militares en territorio venezolano y por la posibilidad de que el conflicto escalara a peligrosos niveles dentro de la geopolítica mundial.
Especial lapatilla.com
“No tiene nada de misterioso”, fue lo que declaró una fuente de la Embajada de Rusia en Venezuela a la agencia de noticias oficial Sputnik sobre la llegada de las dos aeronaves. La misma afirmó que la misión buscaba cumplir con contratos militares que existen entre Caracas y Moscú. Mientras tanto, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, respondió a esta eventualidad asegurando que su país “no se quedará con los brazos cruzados mientras Rusia exacerba las tensiones en Venezuela”.
La Asamblea Nacional de Venezuela también rechazó la presencia de los aviones rusos, calificándola de injerencia a la soberanía nacional y de violación flagrantemente a la Constitución, pues de acuerdo con nuestra Carta Magna, el ingreso de la misión debió ser autorizado por el poder legislativo.
Pero, ¿qué busca Rusia realmente con estas operaciones?
Para la internacionalista Giovanna de Michelle, “la Rusia de Vladimir Putin está tratando de recuperar los espacios que alguna vez tuvo la vieja Unión Soviética en América Latina y usó a Venezuela para este fin”.
Venezuela se convirtió en un activo muy valioso para Moscú, no solo por su cercanía con Estados Unidos, sino porque fue la puerta de entrada para ganar influencia en la región y lograr así millonarios negocios alrededor de la venta de armamento. Si bien es cierto que Venezuela es el principal socio militar de Rusia en el continente, no se puede subestimar la venta de misiles antitanques que le han hecho a países como Nicaragua, Perú y Brasil.
En este sentido, la crisis nacional ha representado para los rusos una oportunidad para expandir su rango de influencia en Venezuela y el resto de la región. Importantes analistas internacionales han explicado que
este esfuerzo de Putin en el continente posee muchos beneficios colaterales, más allá de contrarrestar la fuerza norteamericana, ya que han logrado colocar contratistas y asesores en los ministerios de defensa y cuarteles militares locales, que tienen la misión de lograr que las decisiones relacionadas con las doctrinas, tácticas y compras de armamento beneficie los intereses del Kremlin”.
En consonancia con esto, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ha advertido en reiteradas ocasiones a Estados Unidos sobre la injerencia en los asuntos internos de Venezuela y sobre una posible intervención militar. El jefe de la diplomacia de Moscú ha señalado que los problemas nacionales deben ser resulto por los venezolanos y conforme a los principios de Naciones Unidas.
En el marco de la presencia de oficiales rusos en Venezuela se desarrollaron ejercicios militares en conjunto con la Fuerza Área nacional. El ministro de Defensa de Maduro, Vladimir Padrino López, agradeció a Rusia por las prácticas belicistas: “Gracias a la Federación de Rusia. Seguimos construyendo un equipo productivo y vigoroso de hermandad y cooperación eficaz”. Pero esto no debe ser visto como una típica actividad de cooperación militar, sino como parte de la recurrente estrategia que Moscú lleva adelante para apoderarse y contralar las políticas de seguridad y defensa de los países. De esta manera, Rusia logra decisiones que le beneficien económicamente.
El Gobierno de Vladimir Putin ha respaldado a Maduro ante el desafío que representa el reconocimiento internacional de más de 50 países a Juan Guaidó como presidente interino. Todo indica que este apoyo seguirá mientras el Caballo de Troya venezolano siga esparciendo sus negocios por todo el continente