Un millón de personas frente al Palacio de Miraflores. Un millón de almas rodeando a Nicolás Maduro. Un millón de ciudadanos exigiendo que se vaya. Un millón. Más de un millón de voces clamando por el cambio, es lo que plantea konzapata.com.
Por Juan Carlos Zapata
Ha ocurrido en otros países, y ha ocurrido con resultados. Ocurrió en Venezuela también el 11 de abril de 2002. Y Hugo Chávez fue sacado del poder. ¿Por qué no ahora?
Se supone que la Operación Libertad que comenzó el fin de semana contempla esa ruta. Un plan con riesgo. Porque el régimen de Maduro también lo prevé. De hecho, la convocatoria a concentraciones oficialistas cada vez que Juan Guiaidó convoca a una opositora, es previendo eventos de magnitud: que una multitud, que un millón de seres, que más de un millón, se dirija hacia el Palacio de Miraflores y exija el fin del régimen. Esas concentraciones oficialistas operan como muro de contención.
Se recordará que el 11 de abril de 2002 Hugo Chávez intentó lo mismo sin resultado. El pueblo no le respondió. Se recordará a José Vicente Rangel –hoy acaba de salir de terapia intensiva- llamando a los seguidores de Chávez a que bajaran de los cerros con palos, con piedras, con lo que tuvieran a mano para defender al gobierno. Desde aquella fecha, Chávez inició la práctica de las marchas paralelas. Ya no lo cogerían por sorpresa, decía, y comentaba que el 11 de abril había perdido la virginidad política.
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