María Elena Martínez de Parra cumplió hace cinco días 79 años. Tiene marcapasos y está enfrentando un cáncer de seno. Ante la imposibilidad de tratárselo en Venezuela, por la ausencia de las quimioterapias y las radiaciones, se fue con su esposo a hacerse el tratamiento a una ciudad colombiana a pocos kilómetros de la línea fronteriza, publica Infobae.
Por Sebastiana Barráez
12 de abril de 2019
desde Caracas, Venezuela
A los días de haberse ido, un grupo de funcionarios de los cuerpos de inteligencia, fuertemente armados, llegaron a su casa, la Quinta Sinajai, ubicada en la urbanización Monumental de San Cristóbal, en la frontera de Venezuela con Colombia. Rompieron la cerradura, entraron a la vivienda y robaron y destruyeron todo. Ahí permanecen desde el 3 de abril.
El único delito de María Elena y su esposo Hugo Parra Piña es ser los padres del Mayor del Ejército Hugo Enrique Parra Martínez, de 42 años, el oficial activo de mayor grado que atravesó el puente Tienditas, entre Venezuela y Colombia, el 23 de febrero 2019, para desconocer a Nicolás Maduro y reconocer a Juan Guaidó como su Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. “No tengo para hacerme las radioterapias y le pido ayuda al presidente de Colombia, porque no tengo sinceramente y quiero vivir”.
La vivienda allanada y ocupada por los funcionarios de inteligencia del régimen venezolano está a nombre de los padres del Mayor y ha sido el esfuerzo de años de trabajo. La señora cuenta que trabajó 35 años con el Instituto Nacional de Cooperación Educativa (INCE), un organismo fundado por el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa. “En esa casa eduqué a mis hijos, todos profesionales”.
Esta mujer de temple de acero no lamenta que su hijo se haya pronunciado a favor de Juan Guaidó. Lo bendice agregando que “si tuviera tres hijos militares, los tres irían a defender a Venezuela”.
Teme por su integridad física. Teme que si se comportan así con ellos, qué no le harían a su hijo. Teme entrar a la urbanización donde está su casa invadida por funcionarios de inteligencia. Narra que los closets de su casa están llenos de ropa pero afirma: “No he podido entrar a mi casa a sacar nada”.
“Mi hijo me dijo: ‘Perdóname mamita’. Y le respondí: ‘No te arrepientas hijo’. Yo a usted lo formé con principios y lo que usted haga está bien por Venezuela”.
La vivienda de los Parra Martínez está en una residencia con viviendas en Guarnición. Ella aclara: “Somos propietarios de la casa que nos fue invadida por el Gobierno o no sé si por delincuentes, pero quiero saber el status, las condiciones de mi hogar”.
Ella trató de entrar a su casa y se encontró “hombres con fusiles, con armas y no pude entrar. Están violando mi hogar. Le pido a Nicolás Maduro que ordene desocupar mi casa. Tenemos 42 años viviendo ahí. Esa casa no es de Hugo Enrique Parra Martínez, esa casa es de Hugo Parra Piña y María Elena Martínez de Parra. Yo estoy esperando entrar a mi casa”.
“Consideren mi edad, mi enfermedad. No es posible que estemos padeciendo los venezolanos esta tiranía. Quiero un Gobierno libre, de todos los venezolanos”.
Le pide a Dios que le dé vida “para ver a una Venezuela donde podamos vivir todos”. Y espera una explicación del Ministerio Público, de los cuerpos de inteligencia y de los tribunales, de por qué esos hombres armados están instalados en su casa haciendo uso de sus enseres, apropiándose de las pertenencias suyas y de su esposo.