Durante el trienio del 45, Andrés Eloy Blanco lanzó la doctrina de las buenas compañías. Los países democráticos debían alinearse con sus iguales, de forma tal que el respeto a la eminente dignidad de la persona humana, al estado de derecho, a la división de poderes y a la alternancia, se impusieran. La tesis fue seguida por la doctrina Betancourt a partir del 58, que además señaló que sobre los países dictatoriales debía crearse un cordón sanitario para evitar la proliferación de las tiranías. Durante la primera presidencia de Caldera se hizo gran énfasis en la necesidad de que se impusiera la justicia social internacional y el bien común universal para lograr un mundo armonioso y sustentable.
En los últimos veinte años, que nos han conducido a la actual tragedia y al aislamiento con la mayoría de los países democráticos, se cambió el paradigma de más de 100 años de política exterior. El régimen se alineó con Rusia, China, Cuba, Irán y otras naciones autocráticas. Además impuso una línea de acción que retó y atacó de manera sistemática a EE.UU, nuestro histórico socio comercial.
Otro error inexcusable es que somos el primer país del hemisferio que de manera voluntaria solicita irse de la Organización de Estados Americanos. Ahora la OEA resolvió con una mayoría que duplica los votos del gobierno de facto, 18 contra 9, aceptar al representante del presidente encargado Guaidó y de la Asamblea Nacional. Mientras el hemisferio occidental se ha pronunciado de forma mayoritaria, Europa hace lo mismo y suman más de 50 países los que han desconocido al inquilino de Miraflores. Interesante es estar atento a las acciones que plantea el “Grupo de Contacto” que insiste en que se realicen elecciones justas y transparentes, con un nuevo Consejo Nacional Electoral y observación internacional. El régimen en múltiples oportunidades a burlado el diálogo y a incumplido sus promesas. Lo utiliza para ganar tiempo y quedar frente al mundo como quién quiere la paz. Lo más grave es que así como violó la disposición Constitucional que establece la realización del revocatorio a mitad de periodo, no se someterá a ninguna elección presidencial que sea libre, transparente y con verdadera observación internacional. El juego está trancado y es hora que la Fuerza Armada haga cumplir la Constitución.
@OscarArnal