Sanciones a Irán y Venezuela: por qué Trump podría desestabilizar los mercados petroleros

Sanciones a Irán y Venezuela: por qué Trump podría desestabilizar los mercados petroleros

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, habla durante la reunión del “Consejo de Oportunidad y Revitalización de la Casa Blanca” en la sala del Gabinete de la Casa Blanca en Washington, EE. UU., 4 de abril de 2019. REUTERS / Kevin Lamarque

 

El gobierno del presidente estadounidense Donald Trump se encuentra en una encrucijada crítica de su plan para reforzar las sanciones petroleras de Estados Unidos en contra de Irán y Venezuela.

Por: Edward Wong y Clifford Krauss | The New York Times

Funcionarios estadounidenses ejercen presión sobre China e India para que suspendan o reduzcan en gran medida sus compras de petróleo de Irán y Venezuela (países que ese gobierno considera rebeldes y una amenaza para la estabilidad del Medio Oriente y América Latina), con el fin de privarlos de un salvavidas clave para su economía.

La dificultad radica en hacerlo sin causar sobresaltos en los mercados globales, generar más tensiones en las relaciones con China e India o aumentar los precios de la gasolina en Estados Unidos.

Este dilema ha provocado un encendido debate al interior del gobierno de Trump, cuya fecha límite para decidir si prorrogará las exenciones que hasta ahora han permitido a China, India y otros tres países comprar petróleo iraní es el 2 de mayo. Si se suspenden los embarques de petróleo, el abastecimiento petrolero global se reduciría y aumentarían los costos, en un momento en el que gran parte de la economía mundial ha aminorado su crecimiento.

“Si lo que buscan es mantener bajos los precios de la gasolina, presionar al máximo las exportaciones de Venezuela e Irán quizá esa no sea la mejor estrategia”, comentó Helima Croft, directora global de estrategia de materias primas en RBC Capital Markets y exanalista de energía en la CIA.

Ahora que se aproximan las elecciones de 2020, a Trump le interesa evitar que suban los precios de la gasolina, en especial porque ya casi es verano, cuando se utiliza más energía y los estadounidenses realizan viajes por carretera. Desde mediados de febrero, han aumentado los precios de venta al por menor del gas y el precio global de referencia del petróleo superó los 70 dólares por barril, el nivel al que se encontraba antes de que Trump retirara a Estados Unidos de un convenio nuclear con Irán en mayo.

“Precios del petróleo muy elevados. OPEP, relájense y tómenlo con calma”, tuiteó Trump a finales de febrero, e instó a la organización petrolera global a redoblar la producción. “El mundo no puede soportar un aumento de precios”.

Tanto Irán como Venezuela pertenecen a la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP.

El gobierno de Trump ha intentado ejercer presión para que ocurra un cambio político en Irán; con ese objetivo se retiró de un convenio nuclear suscrito en 2015 e impuso sanciones para castigar acciones en el Medio Oriente que Washington considera inaceptables. También ejerce presión sobre Venezuela con sanciones, pues los funcionarios estadounidenses desean derrocar al presidente Nicolás Maduro.

Para su desgracia, los dirigentes de Irán y Venezuela han demostrado una gran resistencia, incluso después de quedar privados de su principal fuente de ingresos: las exportaciones petroleras.

Ahora los funcionarios estadounidenses buscan causar mayor daño económico. Más de diez funcionarios y ejecutivos de la industria del petróleo, en funciones y jubilados, participan en el debate interno para decidir cómo hacerlo.

China e India tienen enormes necesidades energéticas. A ambos países se les otorgó en noviembre una exención de seis meses para permitirles comprar petróleo iraní, pero ninguno de ellos ha cumplido las indicaciones de Estados Unidos de reducir lo más posible sus compras.

También se otorgaron exenciones a Japón, Corea del Sur y Turquía. Todos estos países, al igual que China, superaron los límites por país que había fijado el gobierno de Trump para sus importaciones de petróleo iraní, según la Agencia Internacional de la Energía.

Un buque petrolero de crudo, atracado en la terminal PDVSA de la Refinería Isla en Willemstad, en la isla de Curazao. Imagen de archivo. 22 de febrero 2019. REUTERS/Henry Romero

“Será decisión del presidente”, respondió el viernes el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, cuando se le preguntó por las conversaciones sobre la posible prórroga de las exenciones. “Solo voy a decir que encontraremos la respuesta adecuada”.

Pompeo se inclina por mantener las exenciones, mientras que John Bolton, asesor de seguridad nacional, quisiera suspenderlas. Ambos favorecen medidas agresivas en contra de Irán.

“En cuanto al propósito de reducir las exportaciones a cero, existen muchas posibles desventajas”, señaló Wendy R. Sherman, quien ocupó un cargo importante en el Departamento de Estado y ayudó a negociar el acuerdo nuclear con Irán. “Lo que menos queremos es causar el derrumbe de la economía mundial. Nadie quiere que los precios del petróleo se disparen sin control”.

Las tensiones con China podrían poner en peligro las conversaciones comerciales y la cooperación en el tema de Corea del Norte, pilares centrales de la diplomacia de Trump. Turquía, un aliado de la OTAN, podría depender más de la energía rusa si se ve obligado a comprar menos petróleo iraní.

Por otra parte, Arabia Saudita, uno de los principales aliados del gobierno de Trump, ha criticado las exenciones. El otoño pasado, previendo las sanciones de Estados Unidos en contra de Irán, el reino aumentó su producción petrolera; pero, para su sorpresa y frustración, se otorgaron las exenciones y estas impulsaron los precios a la baja.

Antes de eso se habían otorgado exenciones a China, India y otros compradores de petróleo iraní en 2012, cuando el gobierno de Obama impuso sanciones estrictas en contra de Teherán debido a su programa nuclear. En ese entonces, el Departamento de Estado convino en conceder las exenciones si los países demostraban una reducción constante en sus importaciones de Irán, explicó John Hughes, exsubdirector de Políticas sobre Sanciones del Departamento de Estado y actual vicepresidente en Albright Stonebridge Group.

Esas sanciones dejaron de aplicarse como parte del acuerdo suscrito en 2015 por las potencias mundiales y Teherán para limitar el programa nuclear de Irán. Trump se retiró de ese acuerdo en mayo, lo que produjo un desplome de más del 25 por ciento en las exportaciones de crudo iraní, o alrededor de sesenta mil barriles al día, entre junio y septiembre.

En noviembre, Estados Unidos volvió a imponer en su totalidad las sanciones, pero les otorgó exenciones de seis meses a China, India, Turquía, Corea del Sur, Japón, Taiwán, Grecia e Italia.

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, durante su reunión con Fabiana Rosales, esposa de Juan Guaidó, en la Oficina Oval de la Casa Blanca en Washington, EE. UU., El 27 de marzo de 2019. REUTERS / Carlos Barria

Para diciembre, ya era evidente el gran efecto de las sanciones estadounidenses. Taiwán, Grecia e Italia nunca utilizaron las exenciones y decidieron poner fin a sus importaciones de Irán.

Sin embargo, las exportaciones iraníes se han ido recuperando.

En febrero y marzo, Irán exportó alrededor de 1,3 millones de barriles al día. Fue un aumento considerable en comparación con diciembre, aunque esa cantidad todavía es la mitad de lo que exportaba en abril de 2018, un mes antes de la retirada de Trump del acuerdo nuclear.

Tan solo China importa más de quinientos mil barriles de crudo iraní al día, casi la misma cantidad promedio que importaba antes de las sanciones de noviembre.

India es el segundo mayor cliente petrolero de Irán. Ha respetado el límite de importaciones acordado con Washington de trescientos mil barriles al día, aunque no ha reducido de manera constante sus compras.

India también depende de las exportaciones de petróleo de Venezuela. Pero el mayor comprador de Venezuela era Estados Unidos, y el gobierno de Trump impuso en enero sanciones para suspender esas ventas y privar al gobierno de Maduro de esos ingresos. Estados Unidos y otros 53 países reconocen a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela y quieren obligar a Maduro a abandonar el poder.

El gobierno estadounidense esperaba que con la entrada de un nuevo gobierno en Venezuela aumentara la producción petrolera y también sus exportaciones y que, a su vez, eso ayudara a Washington a presionar a Irán. En cambio, India y China han comprado gran parte del petróleo que Venezuela le habría vendido a Estados Unidos.

India le paga a Venezuela sus compras de petróleo en efectivo, con un descuento de entre el 20 y el 30 por ciento por debajo de los precios mundiales. China, por su parte, convino en eliminar la deuda de Caracas. La petrolera rusa Rosneft le ha proporcionado suministros de combustible a Venezuela y eso ha permitido que Maduro se mantenga en el poder.

Exit mobile version