El programador y pirata informático australiano Julian Assange, fundador de Wikileaks (no es periodista, por más que hasta Wikipedia lo presente de esa manera) y hoy detenido por las autoridades británicas luego de que el pasado 11 de abril el gobierno de Ecuador pusiera fin a un asilo de casi siete años, fue siempre un huésped muy incómodo, publica Verifikado.
Las imágenes e informaciones que han salido a la luz sobre sus casi siete años de asilo en la embajada ecuatoriana en Londres, donde se refugió en 2012 para evitar ser extraditado a Suecia (era solicitado por delitos sexuales en el país escandinavo) no lo dejan muy bien parado y no hacen más que agrandar su leyenda negra.
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