El ‘Señor T’, ‘Contador’ y ‘Araña’ son los tres capos con capacidad para mover la mitad de la droga que se procesa en Colombia, unas 500 toneladas de cocaína al año; de acuerdo con agencias de inteligencia. Ellos se han mantenido en el negocio con alianzas con carteles extranjeros y bandas criminales locales, y, sobre todo, manteniéndose en el anonimato con una vida sin lujos.
Los viejos cabecillas narcotraficantes de décadas pasadas, como Pablo Escobar en el Cartel de Medellín o los hermanos Rodríguez Orejuela en el de Cali, llevaban una vida de excesos y excentricidades. Ahora, sus reemplazos en el negocio han entendido que mantener un perfil bajo es más beneficioso para sus intereses. Esa es la característica en común de estos tres capos, según una investigación de la revista Semana.
El ‘Señor T’ se mantiene bajo una fachada de comerciante prestante, aunque se abastece de la cocaína producida en Catatumbo, Magdalena Medio, Cauca y Chocó con pactos con miembros del comando central del ELN, que tienen presencia en esos territorios. Además, tiene alianzas con narcos mexicanos, chilenos, españoles y holandeses, con quienes se ha reunido en Venezuela.
‘Señor T’ conformó un outsourcing y creó varias empresas en el exterior para no dejar rastros y canalizar sus ganancias; detalló Semana. Y pese a mantener una vida austera, su capacidad para mover droga lo dejó al descubierto, y actualmente se encuentra en la lista de los 20 narcotraficantes más buscados del mundo.
Alias ‘Contador’ terminó convertido en el mayor narcotraficante de la costa pacífica nariñense, donde en principio se alió y financió al frente Óliver Sinisterra de las FARC y las Guerrillas Unidas del Pacífico, hasta que sus cabecillas, alias ‘Guacho’ y ‘David’, respectivamente, se volvieron visibles para las autoridades por sus constantes acciones violentas contra la población y las Fuerzas Militares de Colombia y Ecuador.
Entonces, ‘Contador’ había visto peligrar su bajo perfil, así que conformó un grupo de hombres armados, con arsenal facilitado por sus aliados del cartel mexicano de Sinaloa, para que combatieran a sus antiguos socios, ambos ya abatidos por las autoridades. Anteriormente fue quien manejó las finanzas del frente 29 y la columna Daniel Aldana de las FARC, de ahí su alias; detalló Semana.
Alias ‘Araña’ era el intermediario entre la Constru, una de las bandas criminales más temidas del sur de Colombia, y las disidencias de las FARC en Putumayo, pero traicionó al cabecilla de esta última, el fallecido alias ‘Sinaloa’, para quedarse con su poderío, entre los que figuran las rutas que en su momento abrió el extinto jefe guerrillero Raúl Reyes.
Infobae