El Gobierno de México exhortó este jueves tanto al Gobierno de Venezuela como a la oposición de ese país a “respetar cabalmente” los derechos humanos tras los sucesos de “violencia” ocurridos esta semana.
“México reitera su preocupación por los eventos de violencia que acontecieron en Venezuela estos últimos días y exhorta a ambas partes a respetar cabalmente los derechos humanos”, señaló un comunicado de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México.
La Cancillería recordó que México actúa bajo los principios constitucionales de “la no intervención, la solución pacífica de controversias, la prescripción del uso de la fuerza y el respeto, promoción y protección de los derechos humanos”.
Y deseó que se encuentre una “solución democrática” a la crisis política que atraviesa el país suramericano.
“A la luz de la intensificación de las tensiones en Venezuela, el Gobierno de México subraya nuevamente la importancia de la vía del diálogo y la diplomacia para encontrar una solución pacífica”, señaló el comunicado.
Además, el Gobierno mexicano reiteró “disposición para poner en marcha el Mecanismo de Montevideo”, creado en febrero e integrado por algunos países de Latinoamérica y Europa para lograr la paz en Venezuela.
En un breve mensaje difundido a través de Twitter, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, apuntó: “Seguimos muy de cerca la situación en Venezuela”.
Nicolás Maduro, pidió este jueves a los militares desarmar a los “traidores” y “golpistas” 48 horas después de un efímero levantamiento que estuvo encabezado por el líder opositor y jefe del Parlamento, Juan Guaidó.
La sublevación de este martes desencadenó en dos días de protestas antigubernamentales en diferentes zonas de Venezuela, algunas de las cuales se tornaron violentas y han dejado dos fallecidos y cerca de 200 heridos según datos no oficiales.
Guaidó juró en enero pasado como presidente interino de Venezuela, y ha sido reconocido así por más de 50 países, al considerar que el segundo mandato de Maduro es ilegítimo por haber obtenido la reelección en unos comicios tachados de fraudulentos.
Tras la proclamación de Guaidó, el Gobierno mexicano se desmarcó de la mayoría de países americanos y apostó por una posición neutral ante la crisis venezolana, pidiendo una solución política al conflicto.
A la práctica esto implicó mantener el reconocimiento de Nicolás Maduro al frente de Venezuela. EFE