José Manuel Rodríguez: De sorpresas y lealtades

José Manuel Rodríguez: De sorpresas y lealtades


“Hasta la supervivencia de una banda de ladrones necesita de la lealtad recíproca”
Antonio Cánovas Del Castillo

Si de algo debemos estar seguros los venezolanos es que podremos morir de cualquier cosa menos de aburrimiento. Nuestros días desde hace ya mucho tiempo están marcados por un constante ir y venir de acontecimientos, de noticias que tapan una a la otra, de anuncios tremendistas que aunque pareciera que ya nada puede sorprendernos, pues siempre hay un margen para echar un poquito más allá el umbral del asombro y decirnos: ¡esta vaina se cuenta y no se cree!

Vivimos en un desasosiego constante, bien sea esperando cuando vendrá un anuncio descabellado por parte del gobierno o de cuál será la próxima acción de la oposición en la ruta al cese de la usurpación, elecciones libres y gobierno de transición; o quizás de ambas. Pero bueno todo sea por mantener en zozobra millones de venezolanos de bando y bando.





Este martes 30 de abril, fue uno de esos días. Amanecimos con un presidente encargado de la Republica en el Distribuidor Altamira, anunciándole a la nación que la Operación Libertad había arrancado ya, que se encontraba con altos mandos militares que le estaban pidiendo a Nicolás Maduro que se pusiera a derecho, que renunciara; porque su tiempo se había acabado, a la vez que hacia un llamado al resto de las fuerzas militares y policiales del país para que acompañaran la ruta libertaria y convocando al pueblo a la calle a apoyar a los valientes militares que habían alzado la voz. Primera sorpresota tempranera del día. Pero la sorpresa más vergataria de ese amanecer era la que venía dentro de la primera: ¡Leopoldo López libre!

No quiero ahondar en el tema, porque en lo personal me quedan muchas preguntas por responder y muchos cabos que atar, pero soy un fan del genio de Nicolás Maquiavelo y un firme convencido de que en política y contra rivales tramposos, malucos y malandrines como los que hoy están en el poder, su máxima de que “el fin justifica los medios” está perfectamente justificada y me disculpan la redundancia. Ya algún día les tocará a los actores explicar cómo fueron las cosas, echarnos el cuento pues.
No es hora de cuestionar, es hora de seguir adelante en la ruta que esta marcada y que en poco tiempo ha dado más resultados favorables que los conseguidos en 20 años de oposición errática a un régimen que avanzó sin parar en su propósito de afianzarse en el poder y de someter a todos los ciudadanos.

Lo que realmente superó mi capacidad de asombro fue la inoperancia del gobierno para responder a esta nueva acción de la oposición encabezada en estos momentos por Juan Guaidó. Lo menos que se esperaba de un régimen autoritario como este que se ve amenazado por una acción que involucra a militares declarados en rebeldía frente a la principal base aérea de la Gran Caracas era una ofensiva masiva, brutal y aleccionadora para aplastar a los sediciosos y para recapturar al preso político emblema de la revolución: Leopoldo López.

Sin embargo eso no sucedió. Guaidó y López se pronunciaron a las 5:00 a.m. aproximadamente y la primera reacción oficial estuvo a cargo del Ministro de Comunicaciones aproximadamente a las 9:30 a.m. y Nicolás Maduro brilló pero por su ausencia. Los “alzados” se pasearon con total libertad por el puente de Altamira y de allí se fueron a la emblemática plaza del mismo nombre, sin que nada ni nadie los obstaculizara ni pretendiera ponerle fin al movimiento que se estaba gestando y hacerlos pagar por su “acto de traición a la patria”. Allí dieron sus discursos, dejaron al aire consignas y terminaron convocando a una marcha al oeste de Caracas, que al final nadie entendió muy bien, ni se supo si arrancó o no y adonde llegó, si es que llegó a alguna parte, pero bueno eso es harina de otro costal. López al final de la tarde arribó con total libertad a la sede diplomática de Chile y de allí a la de España sin que nadie del gobierno moviese un dedo por atraparle y ponerle fin a los actos sediciosos que según el mismo gobierno estaba cometiendo.

Declaraciones van, declaraciones vienen, desinformación total; un día muy singular sin lugar a dudas que deja al desnudo a un gobierno desdibujado, que dio la patética imagen de no saber bien que estaba pasando ni como resolverlo. Un día donde sobraron preguntas y faltaron respuestas. Donde todas las lealtades deben estar cuestionadas entre ellos mismos, mas después de las declaraciones de casi todos los voceros del Gobierno de Donald Trump, en las que manifiestamente acusaban de tener tratos y de llegar a acuerdos para la salida de Nicolás a altísimos personeros del oficialismo, muchos de ellos que acompañaron a Maduro, que al final del día se dignó a dirigirse a los venezolanos en una cadena que todo hace pensar que fue grabada, donde dijo poco o casi nada y donde las caras mostraban una verdadera tragedia griega. Hoy todos dentro del gobierno deben estarse mirando por sobre el hombro y así nadie puede dormir tranquilo.

Respetados lectores, yo sí creo que vamos bien, más allá de aciertos y errores. Tenemos a un régimen que ya no gobierna, que perdió el control del país que se le convirtió en un cuero seco, donde no hay luz, ni agua, ni comida, ni medicinas, ni sueldo que alcance. El país será cada día mas ingobernable, porque ya el único control del que dispone el aparato del estado es el que mantiene mediante una institucionalidad de cuestionable legitimidad y de lealtades que parecen ya no ser tan leales.

Y finalizo citando a un insigne demócrata y político venezolano “los militares son leales hasta el momento que dejan de serlo” Creo que las cartas ya están echadas.

José Manuel Rodríguez Analista / Consultor Político josemrbconsultor@gmail,com Twitter: @ingjosemanuel