Una fuente militar de alto rango, que pide el anonimato, resume para ABC la situación que vive Venezuela días después del levantamiento encabezado el pasado martes por el presidente interino, Juan Guaidó. «Vivimos una situación muy compleja y confusa; aquí dentro debemos andar con pasos firmes y seguros; en estos momentos nadie es amigo de nadie dentro del Ejército», publica ABC.
Por Jorge Benezra
Son muchas las dudas que tienen los uniformados. La cúpula militar de la Fuerza Armada Nacional desea conocer tangiblemente qué les depararía en el futuro con Guaidó en medio de una transición. Para ellos, esa es una tarea pendiente que nadie les ha sabido explicar. Mientras tanto, el hombre fuerte del ejército y ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, sigue siendo el actor clave. Su lealtad a Maduro en el momento clave del pronunciamiento hizo que este sobreviviera y que el grueso de los militares no se levantaran.
El movimiento liderado por Guaidó parecía ser finalmente lo tan anhelado por la oposición venezolana: lograr el giro de la Fuerza Armada Nacional y obtener su lealtad como comandante en jefe constitucional . Sin embargo eso no ocurrió. Para muchos ciudadanos esto podría significar un fracaso. Sin embargo para la periodista venezolana especializada en temas militares Sebastiana Barráez, los hechos registrados esta semana fueron un «gran fracaso» para el Gobierno, que dejó ver las divisiones internas.
El ambiente en la calle en este momento es de incertidumbre. Los venezolanos debaten sobre la decisión de Leopoldo López de ingresar junto a su familia en la embajada de España en Caracas, así como sobre la solicitud de asilo ante el gobierno de Brasil por parte de 25 de los militares que se unieron al líder opositor en el levantamiento.
Todo transcurrió muy deprisa. En la madrugada del martes pasado, los venezolanos se despertaban con la noticia de un «alzamiento militar» y la liberación del lider opositor Leopoldo López, que hasta ese momento estaba cumpliendo arresto domiciliario. López había sido condenado por el régimen chavista a 13 años de prisión con custodia permanente de funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), como inspirador de las protestas callejeras.
Desconcierto inicial
Pero el martes, aparecía Leopoldo Lópéz, acompañado de Juan Guaidó, en el Distribuidor Altamira, en las cercanías de la base aérea militar la Carlota, asegurando que pudo salir de su residencia gracias a un indulto otorgado por el presidente interino de Venezuela.
«En este momento me encuentro con las principales unidades militares de nuestra Fuerza Armada dando inicio a la fase final de la Operación Libertad», dijo Guaidó, que recordó a los miembros de la Fuerza Armada Nacional que ellos también padecen la situación de todos los venezolanos: la dificultad para comprar comidas y medicinas, así como el acceso a un servicio de salud.
Minutos más tardes Leopoldo López, en declaraciones exclusivas al ABC, pedía que todos sus compatriotas de «España y del mundo» se movilizaran por la libertad en el país. «Que el pueblo salga a la calle para que cese la usurpación. Tenemos que construir el puente hacia las elecciones libres y democráticas que todos soñamos en Venezuela», dijo López.
La respuesta de Maduro no fue inmediata. El líder chavista difundió un tuit en el que afirmó que todas las unidades militares «han manifestado su total lealtad al pueblo». «¡Nervios de Acero! He conversado con los comandantes de todas las REDI y ZODI del país, quienes me han manifestado su total lealtad al pueblo, a la Constitución y a la patria. Llamo a la máxima movilización popular para asegurar la victoria de la paz. ¡Venceremos!».
El llamado «madrugonazo» desconcertó a todo el equipo ministerial de Maduro. Las autoridades chavistas se apresuraron a bloquear con pequeños contingentes de la Guardia Nacional las principales vias hacia el centro de la capital y asi desarticular la « Operación Libertad» que prentendia llegar hacia al palacio de Miraflores, sede del Gobierno.
La sorpresa llegó del lado del presunto colaborador de Guaidó en la operación para derrocar a Maduro. El ministro de la Defensa, general Vladimir Padrino López, indicó que las Fuerzas Armadas se «mantenían firmes» en la defensa de «sus autoridades legítimas». El jefe militar acusó a los líderes opositores de emplear tropas y policías con armas de guerra en una de las vías públicas de la ciudad para crear «zozobra y terror». según señaló en su cuenta de Twitter.
Balance sangriento
Por su parte, el número dos del chavismo y presidente de la constituyente cubana, Diosdado Cabello, dijo a la televisora estatal que un grupo oficiales y miembros de la policía política -que estarían participando en la rebelión- fueron «engañados»,
Los enfrentamientos entre opositores y militares leales a Maduro, así como los paramilitares chavistas, se extendieron hasta el día siguiente. Cuatro días después, el balance de víctimas de un nuevo intento frustrado de recuperar la democracia asciende a cinco muertos y al menos 239 heridos.