El veterano de la Segunda Guerra Mundial Nikolay Bagayev estará entre los rusos que conmemorarán el jueves un nuevo aniversario del fin del conflicto, pero en su caso podrá recordar lo que sintió en el momento en que ocurrió.
Bagayev le contó la historia a su nieta, la reportera de Reuters Olesya Astakhova.
“Una paz endeble es mejor que una guerra”, dice el condecorado veterano de la Segunda Guerra Mundial de 100 años.
Cuando Rusia celebre el jueves el 74º Día de la Victoria desde el final de la Segunda Guerra Mundial en Europa, con varios actos y un gran desfile militar en la Plaza Roja, Bagayev estará entre las millones de personas en todo el país recordando la ocasión.
Nacido en 1918, poco después de la Revolución bolchevique, Bagayev vivió muchos de los tumultuosos capítulos de la Unión Soviética en el siglo XX y fue herido dos veces, una vez de gravedad, en lo que los rusos llaman la Gran Guerra Patriótica.
Pasó gran parte de la guerra en los bosques cercanos a la capital rusa, luchó en la Batalla de Moscú y más tarde participó en el asalto del Ejército soviético en Koenigsberg, entonces parte de la Alemania nazi y que ahora -como parte de Rusia-, es conocida como Kaliningrado.
Después de la guerra trabajó en las estepas de la república soviética de Kazajistán, viviendo primero en una tienda de campaña, y ayudó a construir el cosmódromo, ahora conocido como Baikonur, que envió al primer hombre, Yuri Gagarin, al espacio en 1961. Reuters