Ya se ha dicho en reiteradas oportunidades que el país va a un colapso indefinido, desde Hugo Chávez se decía que el país quedaría en oscurana y sucedió, el país está distorsionado, el gobierno representa la forma de ser de la nación, es impresionante ver que hasta las empresas privadas han dejado de funcionar con ética y profesionalismo, pero todo es adjudicado a los ingreso de su personal, creo que ganó el gobierno es su tesis de para qué estudiar si el que menos estudia gana más, todo empuja a que hay que irse del país, todo asfixia, todo son obstáculos, todo ahoga y si logras safarte de una, caerás en la otra y nunca sabrás cual es peor.
Con este panorama desolador, donde los coachs ontológicos han huido del país, su positivismo se ha visto truncado porque por más que busquen argumento siempre aparece algo que desanima, el sector salud vive una de las crisis más profunda, la educación intoxicada, docentes se han ido y las aulas son cubiertas por docentes que se han jubilado o peor aún, jóvenes de una cosa que se llama Chamba Juvenil, algo que no tiene orden, muchachos que en muchos casos no son ni bachilleres pero no importa, el aula no puede estar sola, el transporte cada día más acorralado, sin gasolina, un caucho en 200$, y el aceite desaparecido, la comida ya no tiene sabor y compras lo que hay, no importa su calidad, este es el país que hay, tu veras si lo quieres o sino te vas.
Pero algo más terrible, la contra parte que es tan mediocre que el gobierno no permite que otros talentos participen, ejemplo, los jefes de los partidos tradicionales aún están al frente de esas organizaciones, exigen democracia de la boca para afuera, pero en el interior son tan dictadores y chantajistas que manipulan a su pequeñas militancias que han dejado de luchar internamente porque se hacer de su propio amor por su organización.
Realmente vivimos horas menguadas, es una suma de tragedias a las que tenemos que conseguir respuestas, el país sin servicio, el agua que es vida no aparece, la electricidad es un lujo, el gas la enfermedad silenciosa, la telefonía devoradora de tiempo, en fin, es el reflejo de un país colapsado que se niega a morir, casi detenido porque la política ha ganado más terreno que el que hacer cotidiano.
No es una suma de tragedia para la desesperanza, pero hoy quiero descargar los pesares y las tareas que tenemos que hacer, arriba está el país que tenemos, y lo que nos corresponde, si podemos con eso, somos capaces de activarnos, de unir nuestro esfuerzo, si de verdad crees que te importa la nación? Vamos junto a comenzar a conformar grupos de trabajo, que van desde tu comunidad, desde tu gremio, u organización donde hagas vida, donde te desenvuelvas, esto debería ser nuestro compromiso, decir ya! Y sacudir nuestro desánimo, comenzar a luchar por esta nación que nos reclama su amor por la tierra que nos dió nacer.
@Griseldareyesq