Agosto de 2005. Una comida en Caracas, un vino y tres hombres. Así fue como el exministro de Defensa de España José Bono comprobó que la relación entre Hugo Chávez y Raúl Morodo traspasó el protocolo presidente-embajador.
Este es un relato en primera persona de José Bono, ministro de Defensa de España entre 2004 y 2006. Se puede leer en su biografía Diario de un ministro. Los protagonistas son el expresidente de Venezuela Hugo Chávez y el exembajador español en Caracas Raúl Morodo.
“Comida con Chávez. Sirven un vino que, según dice el comandante, le regala Fidel Castro, y al que llama ‘vino cubano’. Chávez, que no bebe alcohol, pero se toma unos veinticinco cafés al día, se refiere a la excelencia que muy pronto tendrán los vinos venezolanos: ‘Superarán a los de California’. Le miramos con cierto escepticismo y, al percatarse, nos pregunta: ‘¿No lo pensáis así?’”.
La comida transcurre de forma normal. Protocolaria. Siempre y cuando se considere como habitual el tono altivo que introduce Chávez. Véase su última afirmación. Y véase también la respuesta que da Morodo, sin duda reveladora de su amistad con el expresidente. Reveladora también de todo lo que viene después.
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