Este pasado jueves comenzó en la ciudad estadounidense de Lexington el juicio contra Timothy Jones Jr., declarado culpable de haber matado a sangre fría a sus cinco hijos. El jurado tendrá que decidir qué condena será la más apropiada para el asesino confeso: la pena de muerte o la cadena perpetua sin libertad condicional. Así lo reseña abc.es
El jurado escuchó el testimonio durante casi 14 días y comenzó las deliberaciones el mismo día en que escuchó los argumentos finales. Mientras la fiscalía busca la pena de muerte, Jones se declara inocente por a causa de la locura que padece.
De la investigación se desprende que Jones rompió con su esposa, Amber Kyzer, tras ser engañado por esta con un adolescente que vivía en una casa cercana, y que ganó la custodia exclusiva de los niños algunos meses antes de cometer el crimen, en agosto del 2014. «La aventura amorosa de Kyzer pudo provocar la matanza», aseguraron los fiscales. Así, en una conversación telefónica posterior a su detención, el asesino dijo que lo «poseyó» la rabia por la infidelidad de su esposa.
En una confesión grabada que se escuchó durante el juicio, Jones les dijo a los investigadores que su hijastro, Nahtahn, de 6 años, murió accidentalmente el 28 de agosto de 2014, después de que su padre le obligara a hacer sentadillas y flexiones como castigo por romper algunos enchufes. Tras entender que seguramente iría a la cárcel si la Policía descubría lo ocurrido, éste estranguló al resto de sus hijos, de entre uno y ocho años de edad, y trató de deshacerse de sus cuerpos dejándolos en bolsas de basura en una colina cerca de la ciudad de Campden (Alabama).
Fue arrestado en un punto de control de seguridad de tránsito en Misisipi en septiembre de 2014 y llevó a la policía a los cuerpos de los cinco niños, que aún se encontraban envueltos en los plásticos que había seleccionado para ello tiempo atrás.
El equipo de la defensa contó con varios especialistas en salud mental que hablaron como testigos pagados para dar sus opiniones médicas sobre el acusado. Cada uno testificó que, en su opinión, Jones es esquizofrénico o tiene un trastorno esquizoafectivo. Sus abogados aseguraron que el hombre creció en una casa rodeada de violencia con una madre esquizofrénica, una enfermedad mental en ocasiones hereditaria, y que había sufrido una fractura de cráneo y una lesión cerebral en un coche.
El abogado defensor Boyd Young dijo el lunes al jurado que la mente enferma del asesino creía que los niños estarían mejor así y que no había que matar a la gente enferma. El fiscal Rick Hubbard rechazó ese argumento, tachando a Jones de una persona egoísta que abusó de sus hijos y mató al primero por rabia.
El psiquiatra designado por el tribunal, el Dr. Richard Frierson, testificó que Jones dijo que una voz le había ordenado que matara a los cuatro niños que quedaban. Pensó que estarían mejor juntos cuando fuera a la cárcel, dijo Frierson. «Tomó una decisión consciente y decidió matarlos. Sentía que se justificaba en lo más profundo».
En uno de los momentos más emocionantes del juicio, cuando la fiscalía mostraba fotografías y videos de la familia de Jones —en algunos el padre sonríe, besa o abraza a sus niños—, éste no pudo contenerse y se echó a llorar, dice AP.
Según comunica la agencia, la audiencia de sentencia durará siete días.