Con la aparición en escena de Juan Guaidó se produce un alineamiento que coloca a la oposición a la ofensiva, esta alineación se debe en parte a una hoja de ruta compartida por la mayoría de los factores que hacen oposición dentro y fuera de Venezuela, se trata de una estrategia lineal que captura la esperanza de millones de venezolanos que de nuevo han salido a la calle esperanzados con un final del ciclo político del chavismo. El uno, dos y tres de cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres, es decir la estrategia lineal que le ha dado tanta popularidad a Guaidó está enfrentando estrategias laterales en donde no necesariamente se plantea que para llegar a tres hay que pasar por uno y dos. Estas estrategias laterales que al principio no eran consideradas ni tenían consenso, toman fuerza por la debilidad que el factor tiempo imprime a la estrategia lineal que hay que reconocer como exitosa pero no conclusiva hasta ahora.
La reunión en Oslo y todas las reuniones futuras que se den para buscarle una salida a la crisis no van a tener éxito mientras ambas partes estén atadas a sus estrategias lineales. La estrategia lateral de llegar a tres sin pasar por uno y dos, supone que Maduro acepte la realización de elecciones Presidenciales con un nuevo CNE integrado paritariamente y con observación de organismos y países con solvencia democrática, la inmediata libertad de los más de 700 presos políticos, el reconocimiento a la crisis humanitaria y la entrada de la ayuda internacional, anular las causas que mantienen injustamente a muchos líderes de la oposición en el exilio o inhabilitados, el reconocimiento a la Asamblea Nacional y darle final inmediato a la Asamblea Nacional Constituyente que preside Diosdado Cabello. Por su parte la oposición tendría que ceder y aceptar a Maduro hasta la elección, negociar CNE y TSJ y solicitar a los Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea el ablandamiento de las sanciones que afectan a los personeros del gobierno, el Alto Mando Militar y sus familias a favor de una salida electoral.
Amigo lector pónganse la mano en el corazón y hágase esta pregunta ¿Cree usted posible que Nicolás Maduro va a ceder en una negociación con la oposición el poder revolucionario? Bien, si respondió no, a usted le quedan dos opciones, seguir apoyando a Guaidó porque es lo único que tenemos en concreto que tiene reconocimiento y apoyo nacional e internacional o aceptar con resignación que en Venezuela no hay nada que se pueda hacer porque la FAN, cubanos, rusos, iraníes, paramilitares y terroristas van a mantener a Maduro en el poder como sea sin importar el costo. Si respondió afirmativamente le queda una sola opción, rezarle a San Judas Tadeo patrón de las causas imposibles esperando que ocurra un milagro.