Gente que uno jamás hubiera pensado pudiese ser colaboracionista con el régimen como Eduardo Fernández, Gente que uno ya sospechaba que pudiera ser colaboracionista como Enrique Ochoa o Claudio Fermín, Gente que siempre ha nadado entre las dos aguas de la oposición y la dictadura como Felipe Mujica y los hermanitos Villegas. Estos grupos forman una neblinosa tercera vía que ni lava ni presta la batea, que ni se cuadra definitivamente con el régimen ni se opone a la acción decidida de la oposición. Son los viejos NI-Nis, hoy en día más cerca de la dictadura que de la oposición, debido a que se han visto obligados a irse quitando las caretas ciudadanas, debido a la presión externa y a la creciente indignación popular frente a los desmanes del régimen. A ese contingente invertebrado debemos agregar el grupo de las viudas de Chávez, a lo Ramírez Carreño, ahora en trance de lavar dinero y reputación a fin de presentarse como “candidato presidencial del chavismo originario”. También hay que agregar toda una mafia política regional que ha vivido por años del dinero venezolano y sigue aceptando los sobornos del chavismo/madurismo, esos miembros del ALBA, de UNASUR, de PetroCaribe, los mercenarios del CARICOM, el castrismo cubano, la macabra pareja de Nicaragua Ortega-Murillo, Cristina Fernández, el ladrón Lula da Silva, el meloso Evo Morales, el zángano de Zelaya, Zapatero, compañeros de ruta como Insulza , Bachelet, Ernesto Samper y Leonel Fernández , contorsionistas de la diplomacia inefectiva como Federica Mogherini y el Canciller español Josep Borrell, complacientes miembros de la justicia internacional como la Fiscal de la Corte Penal Internacional Fatou Bensuda y los pistoleros a sueldo de la academia estadounidense.
Realmente este arroz con mango de la baja política venezolana y de la burocracia internacional representa hoy un enemigo tan duro de someter para la Venezuela democrática y honesta como los miembros conocidos del madurismo/chavismo que hace alardes y muestra orgullo por su condición de ladrones, narcotraficantes, lavadores de dinero y/o asesinos, tales como Cabello, El Aisami, Reverol, López Padrino, Maduro, la familia Chávez, ministros y demás burócratas del régimen quienes deberán pagar por sus inmensos crímenes.
La presión de estos grupos por mantener a Maduro en el poder es inmensa y es ejercida en público y secretamente, en los sitios cerrados de la burocracia mundial, donde haya gente, ya sean líderes políticos, banqueros, ,militares o contratistas sin conciencia, quienes se beneficien de la permanencia del chavismo/madurismo en el poder, sin importarle el sufrimiento de millones de venezolanos y la crisis humanitaria en la cual el régimen venezolano ha hundido a la región latinoamericana.
Por esto es que los venezolanos dignos y honestos deben diferenciarse claramente, sin ambigüedades, de ese arroz con mango que pretende mantener la oprobiosa dictadura de Maduro en el poder, en nombre de las buenas maneras y de la civilización. Lo que se requiere en Venezuela es una rebelión con todas las fuerzas de la indignación popular, un abierto desconocimiento de la dictadura, una huelga general indefinida que conduzca de una vez por todas a la resolución de la crisis. Nada de negociaciones con los asesinos y torturadores, no importa quienes continúen proponiéndolas.
No podría jamás ir a una negociación con Maikel Moreno, con Diosdado Cabello, con la parejita Maduro-Flores. Ello sería la negación de toda una concepción de la vida y del deber ciudadano.
Como decía Marcos Vargas, en “Canaima”, Se es o no se es.