Después que el tradicional desfile militar para conmemorar la Batalla de Carabobo fuera suspendido el pasado 24 de junio por el chavismo, la cita obligada de este 5 de julio se cumplió a medias con varios detalles que merecen destacarse.
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El aburrimiento en los rostros de los jóvenes soldados venezolanos se expresa mucho mejor que la inaguantable retórica partidista de los altos mandos en la Fuerza Armada, repetida una vez más para jurar un supuesto apego con el régimen de Nicolás Maduro.
La cara de perdidos de los escasos seguidores chavistas también habló por sí misma. Ni siquiera actividades de este tipo, donde el régimen de Maduro aprovecha para mostrar el músculo militar, genera entusiasmo en sus filas partidistas.
Una de las gráficas más infames del día muestra a los milicianos marchando con cajas del Clap. Ya días antes se habían filtrado los entrenamientos de la reserva adscrita al chavismo.
Finalmente destacó por ahí un cuadro del Libertador, Simón Bolívar, exhibido por un simpatizante rojito desde las gradas. Para nada cuestionamos el necesario reconocimiento a nuestro mayor prócer pero, desde el punto de vista artístico, deja bastante que desear…