Las tumbas de dos princesas alemanas que se encuentran en un cementerio dentro de las murallas del Vaticano serán abiertas mañana para comprobar si esconden los restos de Emanuela Orlandi, la hija de un empleado vaticano desaparecida en 1983.
La fiscalía vaticana dispuso la apertura de las dos tumbas después de la petición de la familia Orlandi, que no se ha rendido nunca en la búsqueda de la joven, cuya desaparición es uno de los grandes misterios del país.
La abogada de la familia Orlandi, Laura Sgrò, explicó que el verano pasado recibieron una carta anónima con una foto de la tumba con la frase “Busque donde indica el ángel” y pidieron a la Secretaría de Estado vaticana que autorizase su apertura.
Serán abiertas la llamada “Tumba del Ángel”, en la que está enterrada la princesa Sofía von Hohenlohe, fallecida en 1836 y la adyacente, en la que está sepultada la princesa Carlotta Federica de Mecklenburgo, que murió en 1840.
Las tumbas se encuentran en el cementerio teutónico, dentro de los muros vaticanos, donde una vez estuvo el llamado Circo de Nerón, lugar de martirio de muchos de los primeros cristianos, y posteriormente pasó a ser propiedad de una fundación alemana.
El encargado de la toma de muestras para el posterior examen de ADN, el profesor de medicina legal en la Universidad de Tor Vergata Giovanni Arcudi, explicó a la página de información del Vaticano que se examinarán los restos óseos “para su clasificación y datación y para todos los demás diagnósticos que se puedan hacer en antropología forense, para establecer la edad, el sexo, la estatura, etc”.
Después de este primer examen, se podría “excluir la hipótesis de que los restos óseos pertenezcan a personas diferentes a las dos que fueron enterradas allí”, agregó.
Pero en el caso de que se encuentren otros restos humanos, añadió, “el tiempo de la operación se alargaría y podría ser útil la identificación odontológica, el estado de los dientes, a partir del cual se puede rastrear hasta la edad”.
Posteriormente se realizará el examen de ADN “para llegar a certezas y excluir de forma definitiva y categórica que en las dos tumbas haya algún resto atribuible a la pobre Emanuela”.
“Para la prueba del ADN pueden ser necesarios 20 días, 30 días, e incluso pueden ser 60 días porque a veces hay que repetir la prueba”, destacó el médico forense.
Los trabajos se realizarán en presencia de los abogados de las partes y los familiares de Orlandi y de las personas enterradas en estas tumbas, y agentes de la Gendarmería vaticana.
El caso Orlandi, la chica de 15 años que desapareció el 22 de junio de 1983 cuando salía de la escuela de música de San Apolinar, en el centro de Roma, sin que desde entonces haya habido noticias sobre su paradero, ha estado siempre rodeado de misterio por las varias teorías de la implicación desde hombres de la Curia vaticana, a la Banda de la Magliana (la mafia de Roma) o del atentado a Juan Pablo II a manos del turco Ali Agca.
La familia lleva años intentando encontrar pistas de lo que ocurrió y ya en 2012 pidió una investigación cuando se encontraron restos óseos sin identificar al lado de la tumba en la basílica de San Apolinar de Enrico De Pedis, jefe de la “Banda de la Magliana”, la mafia de Roma durante los años 70 y 80.
También recientemente el hallazgo de unos huesos en el sótano de la nunciatura (embajada) de la Santa Sede en Roma hizo que se volviese a hablar del caso, pero finalmente se determinó que los huesos eran anteriores a 1964, según la Fiscalía de Roma. EFE