No se trata del fresco de Miguel Ángel que adorna el ábside de la capilla Sixtina en el Vaticano. Nos referimos al juicio inevitable que debe enfrentar el tirano Venezolano tarde o temprano. Ni que haga marchas de los mercenarios del Clad. Tristes marchas. Ni que la cubana constituyente grite más de lo debido, en la boca de un cabello dislocado, en la inmensa calvicie del régimen.
Coinciden los analistas que la OEA no se equivocó en su estrategia, ya que nunca apartó su foco, no quedándole camino a la ONU que presentar una autopista de violaciones a los derechos humanos y crímenes de Lesa Humanidad en Venezuela. La Justicia puede tardar pero llegará. No es fácil el procedimiento. No tendrá sitio en la tierra para escapar al juicio. De los demás se encargará Dios.
El déspota mayor no pagó aquí, pero la justicia divina también es inevitable.
Todo esto no sería posible, sin la insistencia agotadora del Presidente Duque de Colombia, quien siendo Senador, impulsó la denuncia junto a 76 congresistas del Continente. Ya Presidente, Duque y un grupo de mandatarios acompañaron esta acción que hará historia en el derecho internacional humanitario.
La ignorancia de la tiranía no les permitió percatarse que a organismos multilaterales como los señalados, es imposible ocultarles la verdad, por muy vivos que parezcan. La misma “viveza criolla”, de la cual habló tantas veces el excelso escritor y dramaturgo José Ignacio Cabrujas en 1995:
“Francis Bacon decía que no hay peor cosa que considerar sabios a los pícaros” y agregaba el distinguido profesor en palabras que parecen de hoy:
“Frente al pasado Bolívar, de enorme empresa, surge la trampa, el costado, la manera, el meandro, la forma de llegar, de no perder”
Eso que se llama Chavismo, tiene un punto común de identificación: Es trampa pura y dura, es fuerza brutal contra la razón, es opresión, es tortura ruin.
Justo reconocer también, que para darle forma a este escandaloso Informe global, cuya víctima es Venezuela, ha sido importante e imprescindible la lucha diaria de la Asamblea Nacional y el Presidente Guaidó, los partidos democráticos , numerosas ONG y voces recias en la defensa de la vida: El Foro Penal y una decena más de organizaciones no gubernamentales, La Doctora Sujú, organizaciones regionales, el Doctor Centeno y tantos luchadores, que serán reconocidos por la sabiduría y la Justicia de Dios.
Por este difícil camino ha llegado la denuncia, – con fuerza de naturaleza imbatible- a la Corte Penal Internacional, donde la sala de cuestiones preliminares ha recibido el legajo de expedientes con las pruebas suficientes para demostrar, que el tirano Maduro y su círculo, deben ser condenados por crímenes de Lesa Humanidad.
Allí no hay escapatoria. Son tantas las violaciones, que faltarán años en las condenas insalvables que les espera. Seguro que la CPI hará justicia, los tres Magistrados que integran la Sala, además de su experiencia en este tipo de procesos- los Jueces Perrin, Kovacs y Adelaide Sophie- gozan del reconocimiento Internacional, por su integridad e imparcialidad, y ser amplios conocedores de la jurisprudencia internacional en la materia.
Ante las miles de detenciones arbitrarías, asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, torturas, abusos sexuales, violaciones y atentados al debido proceso, tienen que responder. El juicio servirá como enseñanza mundial para que nunca más se cometan estas atrocidades.
Solo le quedan 2 pasos al Tirano y sus sabuesos:
-Responder ante la Corte Penal Internacional por tanto daño causado a seres Inocentes.
-Y acompañar en el Infierno al creador de esta catástrofe: El comandante del mal.