La temida venta forzada de deuda del gobierno de Venezuela, luego de que JPMorgan eliminó los bonos de sus índices a principios de este mes, aún no se ha materializado, pero las cosas están a punto de ponerse interesantes.
Por lapatilla.com
JPMorgan solo comenzará oficialmente el proceso de eliminación de cinco meses el miércoles. Y, sin embargo, para cualquier administrador de fondos de índices que necesite vender deuda venezolana, encontrar compradores será una tarea difícil.
La mayoría de los bonos por 60.000 millones de dólares emitidos por el gobierno venezolano y la petrolera estatal PDVSA no han pagado intereses durante años y el mercado secundario prácticamente se ha congelado desde que sanciones de Estados Unidos prohibieron la negociación en enero.
Washington esperaba que la medida impidiera que el gobierno del presidente Nicolás Maduro desviara fondos de la petrolera para mantener el poder, lo que no ha funcionado, pese a que la restricción a los bonos sí lo ha hecho.
La repentina interrupción en el comercio significó que JPMorgan no tuvo más opción que sacar a Venezuela de sus índices de referencia, seguidos por muchos fondos. Si bien evitó la decisión drástica de expulsar la deuda del país por completo, redujo su peso en el índice a cero, lo que tiene un impacto similar.
Eso significa que miles de gestores de fondos que comparan su desempeño con los índices de JPMorgan enfrentan un dilema: vender a cualquier precio los bonos, que actualmente marcan 15 centavos por dólar, o mantenerlos y alejarse del índice.
“Comenzaremos a hacer algo esta semana, ya que tendremos que realinear los fondos al índice de referencia”, dijo un gestor de fondos senior de un importante banco de inversión de Estados Unidos, quien solicitó el anonimato mientras se realizaba la venta. “Veremos cómo está el mercado”.
Los fondos negociados en bolsa o ETF, que replican estrechamente índices de JPMorgan, también deberían de vender por obligación.
“Esta es una pesadilla para los fondos pasivos”, dijo Jan Dehn, quien trabaja en Ashmore, un fondo activo de mercados emergentes con sede en Londres.
Dehn está atento a cualquier oferta que surja. “No hay nada mejor en las finanzas que la venta forzada. Es algo hermoso”, dijo.
CONSULTAS DESCARADAS
No obstante, muchos inversores en deuda de Venezuela están al acecho.
Grandes fondos estadounidenses como T Rowe Price, Greylock Capital, Fidelity y GMO son parte de un grupo de acreedores que se formó con la esperanza de dar forma a un posible acuerdo de reestructuración en caso de que Maduro sea derrocado.
El gerente de cartera de Aberdeen Standard Investments, Viktor Szabo, dijo que su empresa había recibido “consultas descaradas” de posibles compradores, principalmente pequeños fondos europeos u otros fondos no estadounidenses poco conocidos, en las últimas semanas, pero que tampoco se había sentido tentado.
“Querían unos pocos millones de este o aquel bono en particular”, dijo Szabo. “Pero creo que solo estaban buscando vendedores obligados”.
Las sanciones de Washington implican que no habrá compradores estadounidenses, lo que descarta al grupo de fondos especializados de Estados Unidos que hostigaron a Argentina durante más de una década, pese a que es posible que ya hayan acumulado algunas apuestas.
Venezuela sería una fuente de forraje para fondos dedicados los litigios, según Rodrigo Olivares-Caminal, catedrático de derecho bancario y financiero de la Universidad Queen Mary de Londres.
Cerca de 40.000 millones de dólares de bonos no tienen Cláusulas de Acción Colectiva (CAC), cuyos términos usualmente implican que cualquier reestructuración puede continuar con la aprobación del 75% o 85% de los inversores.
“Si no tienes CAC, siempre tendrás la amenaza de tener holdouts”, dijo Olivares-Caminal. Reuters