Enrique Viloria Vera: ¡Embargo no es lo mismo que bloqueo!

Enrique Viloria Vera: ¡Embargo no es lo mismo que bloqueo!

¡CUBAZUELA SÏ, YANKEES NO!

En vista de la última medida tomada por la Administración Trump que demuestra las buenas relaciones del gobierno estadounidense con el legítimo y legal gobierno venezolano, es conveniente aclarar que embargo no es igual a bloqueo, a pesar de que la dictadura castro – comunista ha convencido al mundo de lo contrario, con fin de demostrar que el desastre instaurado, el desorden establecido – al igual que ocurre en nuestra dictadura chavista – madurista-, es culpa de El Imperio. El cordero rojo es héroe y mártir a la vez, es una víctima inocente del bloqueo del mar territorial, del espacio aéreo, el terrestre aún no, que el águila blanca imperial ejerce sobre un inocente dictadorzuelo antillano y que extendió al caribeño.

Examinemos:

En el comercio y la política internacional, un embargo es la prohibición de comerciar y negociar con un determinado país.
Normalmente, lo declara un país o un grupo de naciones contra otra, a fin de aislarla y situar a su gobierno en una situación interna difícil, puesto que los efectos del embargo a menudo hacen que su economía padezca. El embargo se utiliza normalmente como un castigo político por determinadas políticas previas con las que no se está de acuerdo.

En el caso de Venezuela, la medida se aplica sobre “todos los bienes e intereses de propiedad del gobierno de Venezuela que se encuentran en EE.UU., o que se encuentran bajo el poder o control de cualquier persona de EE.UU.”. Estos activos “están bloqueados y no pueden ser transferidos, pagados, exportados, retirados o tratados de ninguna otra manera”, se lee en la orden presidencial.
Un bloqueo es cualquier esfuerzo para evitar que suministros, tropas, información o ayuda alcancen una fuerza de oposición. Los bloqueos son la piedra angular de toda campaña militar y una opción valiosa en las guerras económicas contra una nación contraria. Los bloqueos pueden llevarse a cabo de diversas maneras, desde el ejercido por una simple guarnición de tropas a lo largo de una carretera principal hasta la utilización de docenas o cientos de tropas de tierra para resguardar un puerto, denegando su uso al enemigo, e incluso cortar e interrumpir emisiones de radio o televisión. Como operación militar, los bloqueos han sido decisivos en la resolución de muchas guerras.

Entendemos que la diferencia esencial entre bloqueo y embargo, aunque persigan fines similares, estriba en que el primero no excluye el empleo de la fuerza en el ámbito marítimo, mientras que el segundo no considera el recurso a ella. El bloqueo ha sido tradicionalmente una operación naval, ahora aeronaval, con unas regias de aplicación estrictas, pero muchas veces violadas.

Venezuela sí experimentó un verdadero bloqueo a principios del siglo XX, ante la negativa reiterada de Cipriano Castro a cancelar las deudas pendientes con los ciudadanos y con los Estados, buques de guerra de Inglaterra y Alemania, con la anuencia del gobierno norteamericano, amparado en la Doctrina Monroe, ocupan el 9 de diciembre el puerto de La Guaira. La Armada venezolana es capturada y reducida, Puerto Cabello es bombardeado, y en enero de 1903, los invasores intentan forzar la Barra de Maracaibo, donde fueron repelidos. Castro aprovecha esta circunstancia para lanzar su celebrada proclama, avivando el nacionalismo y el antiimperialismo como ya lo había hecho en su carrera parlamentaria a raíz del asunto de la Guayana Esequiba, y realiza maniobras políticas para conseguir alianzas y patrocinios como la excarcelación del Mocho Hernández, quien se suma a la defensa de la soberanía de la Patria. Rodríguez Campos comenta el multitudinario y dispar apoyo que recibió Castro:

Al margen de cualquier juicio pasado o presente, se debe reconocer que a pesar de la guerra civil que enfrentaba, pocas veces en Venezuela un jefe de Estado ha recibido respaldo tan decidido de la población. Conmovidos por la gravedad de las ofensas recibidas, galvanizados con la lectura de la proclama y otras declamaciones patrióticas, miles de venezolanos aptos para la guerra se presentaron voluntariamente a los cuarteles reclamando su puesto en el combate; miles y miles de cartas y telegramas llegaron a Miraflores desde todo el país con idéntico mensaje: los estudiantes universitarios llamaron a la guerra y se manifestaron dispuestos a cambiar los libros de estudio por los implementos bélicos; hasta ciudadanos de naciones latinoamericanas escribieron solicitando se les enviara el pasaje para venir a combatir por nuestra causa.

Aceptada finalmente la mediación de los Estados Unidos de América, el conflicto se resuelve mediante la firma de nuevos acuerdos para la progresiva cancelación de las acreencias en mora. El propio Castro escribe a su hermano Celestino y a Leopoldo Baptista para darles la buena nueva. En textos similares, Castro, el Cabito, expresa y comunica:

Feliz y honrosamente para Venezuela ha sido arreglado el conflicto internacional en el cual hemos representado un papel importantísimo en medio de la admiración y el aplauso universal (…) Mi actitud resueltamente enérgica, y la heroica resistencia en el Castillo San Carlos, salvaron el honor y la integridad nacionales de humillaciones y venganzas (…) En síntesis el arreglo es el siguiente: “Washington 14 de febrero, 2 p.m. Todos los buques venezolanos serán devueltos. Pagué anoche cinco mil quinientas libras esterlinas a la Gran Bretaña conseguidas de Boulton. Venezuela debe pagar una suma igual a Alemania dentro de treinta días.

El único otro pago en efectivo consiste en una suma de cerca de 1.500.000 bolívares; esta suma debe pagarse a Alemania dentro de cinco meses, un quinto el 15 de marzo y después un quinto cada mes. La cuestión de tratamiento se someterá a La Haya (…) El 30 % de los ingresos de la Aduanas de la Guaira y Puerto Cabello debe entregarse el primero de abril y el primer día de cada mes al representante del Banco de Inglaterra en Caracas hasta que La Haya haga su decisión y después será distribuida de acuerdo con la decisión de La Haya (…) Todos los tratados continuarán vigentes. Italia obtiene “la cláusula de la nación más favorecida”. Enviaré protocolos de hoy en una semana (…) Por los periódicos te impondrás mejor de nuestra buena situación. Cipriano Castro.

Ya veremos el apoyo que el pueblo le brindará al Usurpador y su camarilla. Es posible que el avión presidencial, la vaca sagrada del chavismo – madurísmo, repleta de gente, oro, divisas y miedo, emprenda salvífico vuelo hacia la Isla de la felicidad socialista. No es de extrañar tampoco que la tripulación del vuelo, recuperado el sentido institucional, anuncie a los pavoridos viajeros: Señores, amarren sus cinturones, pronto aterrizaremos en el aeropuerto Washington-Dulles que sirve a la capital de El Imperio… y no en el José Martí en la ciudad de la Habana.

Estupefactos e incrédulos, los hasta entonces ilustres pasajeros descienden del avión. Ya en territorio estadounidense, los temibles cuerpos de seguridad los esperan con los ganchos y el mono naranja de rigor. En vista de la larga estancia de los aterrorizados viajeros en El Imperio, se adquirieron varios monos naranjas de talla 5XL para mayor comodidad de El Robusto Guasón.

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