Están claros en que sus mejores tiempo pasaron. El sol está a sus espaldas. En lo más íntimo de su conciencia saben que no pueden con la crisis que ellos mismos provocaron. Lo que imaginaron como un proyecto político renovado resultó un tremendo fracaso. El sueño se transformó en pesadilla. La mística y el desprendimiento que alguna vez acompañó a algunos dirigentes se desvanecieron en el ejercicio de gobierno. Los mismos no imaginaron disponer de tanto poder que los corrompió hasta más no poder.
La fraseología y la liturgia izquierdista las conservan solo como una fachada para cubrir el abandono de ideales que proclamaron en los años mozos. Conservar el poder por el poder mismo constituye su obsesión, cada día les resulta más difícil cumplir con ese propósito. Se defienden con las mañas aprendidas, como aquellos lanzadores en el béisbol que cuando pierden velocidad, apelan a los trucos asimilados a lo largo de su carrera,pero saben que ese recurso no es eterno. Sus efectos disminuyen cuando no tienen la iniciativa y actúan defensivamente.
Intentan demostrar fortalezas aún con la ausencia de algunas de las que en realidad tuvieron como lo fue el significativo apoyo popular y la actual pérdida de credibilidad.
No hay que desconocer las habilidades que manifiestan en su actuación, su repuesta a las recientes sanciones de Trump era del librito, se cuidaron en el anuncio de afirmar que se retiraban de Barbados que sería “en esta oportunidad” y de las reuniones previstas par el “jueves 8 y viernes 9”. En paralelo dejaron filtrar la idea de haberse levantado de la mesa de negociación.
Pretendieron retomar la iniciativa a través de una hábil campaña de intriga alrededor de la convocatoria de la ilegítima constituyente, sus laboratorios difundieron diversidad de rumores por doquier, generando una expectativa no correspondida con las decisiones que adoptarían. No es una medida de tono menor la inconstitucional decisión contra los diputados José Guerra, Tomás Guanipa y Juan Pablo García, aunque en el caso de los dos primeros era una situación prevista desde hace unos meses, hasta el punto que ambos ya tienen tiempo resguardados y protegidos.
Insistimos sin disminuir la gravedad de las decisiones en el día de ayer, los mensajes desplegados por su aparato comunicacional eran catastróficos : desde el “allanamiento de la inmunidad ” a 35 parlamentarios que supuestamente no tienen suplentes, hasta la disolución de esa instancia legítima y reconocida que es la Asamblea Nacional, pasando por la convocatoria de elecciones adelantadas para el poder legislativo.
Existen varias hipótesis para intentar explicar el porqué no adelantaron medidas como las que venían pregonando, una de ellas sostiene que la firme repuesta de Guaidó y los diputados de la AN, junto a la reacción de la comunidad internacional los obligó a “recular” y desistir de sus propósitos iniciales.
Sin despreciar ese razonamiento dotado de lógica y posible validez. Por mi parte consideró esa operación “fríamente calculada”, su objetivo era presionar sobre la mesa de negociación, de la cual tal como se desprende del comunicado, no han decidido levantarse, de ser cierta esta hipótesis podrían reincorporase en un tiempo prudencial Los noruegos ha reiterado que mantienen contacto con ambas partes para restablecer su funcionamiento, por lo que no es descartable que ello pueda ocurrir más o menos próximamente.
No es cierto que el tiempo juegue a favor de Maduro y compañía, ellos saben que no las tienen todas consigo, al contrario, su situación está sumamente disminuida y comprometida. La crisis prosigue su vertiginoso curso y están incapacitados para atenderla, el rechazo es cada vez mayor, las deserciones se hacen frecuentes , el malestar recorre los vestigios de la otrora poderosa organización, los CLAP y el clientelismo no constituyen garantes de fidelidad política, la procesión anda por dentro y crece la desconfianza en los factores que hasta ahora han sido su principal sostén.