Leonel Fernández y Danilo Medina han marcado la historia de la República Dominicana del último cuarto de siglo y en este 2019 siguen pugnando por el poder. Es, quizá, la última pelea entre caudillos al más puro estilo del siglo XIX en América Latina.
La República Dominicana ha sido gobernada desde 1996 por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) salvo en el cuatrienio 2000-2004. Casi 25 años de dominio hegemónico de un aparato partidario que ha sabido utilizar con maestría la cooptación y el clientelismo para sostenerse en el poder.
El PLD ha gobernado apoyado –en realidad apoyando- a dos líderes –caudillos en verdad- que se han sucedido en el poder: Leonel Fernández primero y Danilo Medina después. Fernández fue el hombre que llevó en 1996 al poder al PLD por primera vez en su historia tras conducir un relevo generacional que puso fin al liderazgo histórico de Juan Bosch, el gran opositor al régimen trujillista y luego al de Joaquín Balaguer.
Leonel Fernández lideró el viaje al centro político de un PLD muy escorado a la izquierda bajo el liderazgo de Bosch y regresó al poder en 2004 manteniendo su propia y personal hegemonía hasta 2012. Ese año le sucedió su compañero de partido –y rival- Danilo Medina, quien ha ejercido la Presidencia desde ese año hasta 2020, momento en el que deberá entregar la banda presidencial.
El predominio del PLD en las urnas ha sido avasallador desde 2004 pues se ha impuesto a sus rivales en primera vuelta (sin necesidad de acudir al balotaje) y por amplias diferencias, salvo en 2012. Leonel Fernández superó a los perredistas Hipólito Mejía en 2004 y Miguel Vargas en 2008 por más de 10 puntos y Danilo Medina, que derrotó ajustadamente a Mejía en 2012, se impuso ampliamente a Luis Abinader (Partido Revolucionario Moderno, PRM) en 2016:
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