Nicolás Maduro no tiene electricidad ni trabajadores para levantar una planta de fusiles Kalashnikov. Los rusos tampoco tienen experiencia en este tipo de trabajos. Y, por si fuera poco, esto se adereza con un escándalo de corrupción protagonizado por un ruso, la crisis de Venezuela, y la incompetencia del chavismo. Así lo reseña alnavio.com
Por Daniel Gómez
La construcción de la planta de fusiles Kalashnikov en Maracay, Venezuela, es otra historia de promesas incumplidas, incompetencia y corrupción. Lo que ocurre es que, en esta ocasión, los chavistas no son los únicos protagonistas. También los rusos son responsables del fracaso.
– La planta de fusiles necesita electricidad, pero Maduro no tiene electricidad.
– La planta necesita 800 trabajadores, al menos 200 de alta cualificación, pero Maduro no tiene mano de obra.
– La planta necesita 200 millones de dólares de inversión, pero Maduro no tiene dinero.
– La planta se contempló como un centro logístico de armamento ruso en América Latina, pero los países de la región ya no se fían.
– La construcción de la planta necesita experiencia, por los rusos no la tienen. Nunca han construido una planta de este tipo en Rusia ni en el exterior.
– La planta necesita buenos gestores, pero uno de los contratistas rusos fue acusado por corrupción.
Esta semana, Dmitri Shugáev, director del Servicio Federal de Cooperación Técnica Militar de Rusia, anunció que la planta de fusiles estaría lista “entre 2020 y 2021, tomando en consideración la situación actual”.
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