El ascenso de la inflación es imparable, la devaluación del bolívar y el incremento de las cotizaciones del dólar varían varias veces al día, generando un clima de desasosiego, angustia y tristeza en más del 90% de los venezolanos.
Ir al mercado pasó de ser un acto de valentía a uno de locura; ver como incrementan los precios, ver como circulan los dólares como sí éstos fueron la moneda nacional, es percatarnos del desastre económico devenido luego de 20 años de errores económicos que hundieron a Venezuela.
Nuestro país pasó de ser la economía más fuerte de América Latina a convertirse en el hazmerreír del mundo. Hoy en día, es lamentable decirlo, somos caso de estudio en las facultades de economía de América y Europa, como un ejemplo de cómo se destruye una nación.
Pareciera que no hay límites para la inflación, lo que hoy pudiera costar un determinado precio al día siguiente cuesta el doble. Mantener cualquier cifra en bolívares en una cuenta bancaria es una locura, por tal motivo los venezolanos compran lo que sea cuando pueden, o cambian sus bolívares a dólares en el mercado innombrable.
Y a pesar de toda la desgracia producida por el socialismo, aquellos que usurpan el poder siguen hablando de “Guerra Económica” o del fulano “Bloqueo” y de más tonterías que no son más que palabrerías vacías que sólo sirven para llenar el ego de aquellos que obstinadamente mantienen secuestrado el poder político en el país.
Gracias a Dios cada vez más ciudadanos entienden que la culpa de la crisis económica, social y política en Venezuela es el producto de aquellos que se escudan en excusas baratas y que su único logro es el de fabricar responsables ficticios a sus yerros incalculables.
Pero, ¿cuál será el límite de esta situación? Esta es la pregunta que me formulan en un encuentro de ciudadanos libres organizado por Vente Venezuela.
¿Cuándo parará la inflación? ¿En qué punto frenará la devaluación de nuestro signo monetario? ¿Cuándo se detendrá el ascenso vertiginoso y alocado del dólar? La repuesta de estas interrogantes como de muchas otras es: ¡Cuando cese la usurpación!
Si el origen de los males económicos que padecemos son las malas políticas del régimen, si la gasolina que aviva las llamas de la inflación es la permanencia de un sistema destructor e incapaz, entonces la solución es sencilla, cuando demos término a la usurpación empezará un proceso de reavivamiento económico en el país.
Cuando Maduro, y el resto de los socialistas, abandonen el control del Estado y de la economía nacional, entonces podremos poner en marcha las acciones de rescate, saneamiento y repotenciación económica de Venezuela.
La única manera de ser una nación próspera es con trabajo, honestidad, respeto a la propiedad privada y con políticas económicas liberales, y esto lo logaremos derrotando al socialismo.