El hallazgo de dos cuerpos descuartizados de un venezolanos y peruano es un hecho que continúa causando conmoción en ambas naciones. Y es que se sospecha que al menos cinco personas estarían vinculadas en el sucesos, quienes en un taxi se encargaron de esparcir los restos por la capital de Perú.
Una mujer venezolana identificada como Verónica Montoya, de 25 años, fue detenida este sábado en Lima por su presunta relación con el doble asesinato. También está requerida por la Justicia de Bolivia por homicidio en ese país, informó este sábado el diario peruano Correo.
Esta es la segunda detención relacionada con el caso en Lima tras la captura de otro compatriota de nombre Alexander Salazar, que ejercía de conserje del hostal del distrito limeño de San Martín de Porres donde ocurrieron los hechos.
Montoya fue detenida después de que la Policía revisara las cámaras de seguridad del hostal, donde se aprecia a los implicados sacar la partes ya cercenadas de sus víctimas en diversas bolsas.
A partir de esas grabaciones, los agentes han concluido que al menos otras cinco personas, entre ellos tres hombres y dos mujeres, están implicados y son buscados por su presunta participación en las muertes del venezolano Rubén Matamoros y del peruano Jafet Torrico.
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Este viernes, el taxista que trasladó a los presuntos asesinos para deshacerse de los restos de sus víctimas hizo la recreación de la ruta que tomaron por distintas partes de Lima.
A pesar de que la Fiscalía pidió su detención, el juez a cargo de tutelar la investigación lo dejó en libertad al entender que no hay pruebas de que el taxista supiese el contenido de las bolsas que trasladaban sus clientes.
De momento el principal motivo que maneja la Policía para explicar las dos muertes es el de la venganza o un posible ajuste de cuentas, según indicó el diario El Comercio.
El descuartizado de nacionalidad venezolana había sido deportado de Perú a Venezuela en uno de los vuelos fletados por el Gobierno peruano para expulsar a venezolanos que ocultaron antecedentes penales para obtener el permiso de residencia.
Sin embargo, este había regresado a Lima de manera ilegal y sin pasar por los controles migratorios para volverse a reunir con su familia, que también está en la capital peruana.
Advertidos por esa circunstancia, la Policía realizó en la zona del hostal donde se produjeron las muertes una redada para identificar a venezolanos que se encuentren en las mismas circunstancias irregulares en que estaba Matamoros.
Tras revisar la documentación de 150 venezolanos en el área conocida como Fiori, encontraron a diez de ellos que presuntamente habían infringido la Ley de Extranjería.
Perú alberga la segunda mayor comunidad de venezolanos que salieron de su país con motivo de la crisis al registrar 866.000, la mayoría de ellos en la capital Lima.
La mayoría llegaron en los últimos tres años pero la cifra se redujo considerablemente desde que hace unas semanas las autoridades peruanas exigieron visado a los venezolanos para ingresar al país.
Con información de EFE