Cameron Douglas salió de prisión en 2016 después de más de siete años de prisión por posesión y distribución de drogas. La condena era de cinco años, pero aumentó cuando lo descubrieron vendiendo estupefacientes a los reos. Dos de ellos estuvo en confinamiento solitario y no podía recibir visitas. Ahora, padre e hijo hablaron con la revista People de los difíciles momentos que vivieron por la adicción de Cameron. Para el veterano intérprete no fue fácil: “La vida se convirtió en una sucesión de crisis. Pensé que lo iba perder”.
Por: Infobae
Cameron comenzó a beber, fumar marihuana y a meterse en problemas de adolescente. Pero en poco tiempo, el hijo mayor del ícono de Hollywood estaba abusando de la cocaína y la heroína. A los 20 años portaba una pistola, consumía sin parar y traficaba metanfetamina para solventar esa espiral autodestructiva. “Odiaba que las drogas me destruyeran la vida, pero simplemente no podía parar”, confiesa Cameron, hoy de 40 años.
Tanto su padre como su madre, la ex modelo Diandra Luker, intentaron ayudar a su hijo, pero sin éxito. “Hubo momentos en que la esperanza disminuyó … y luego era solo un tren fuera de la estación”, lamentó el galardonado actor, de 75 años, a People. “La vida se convirtió en una serie de crisis. Pensé que lo iba a perder”.
El intérprete y Luker se divorciaron en el 2000 tras 23 años de matrimonio y la separación fue una de las más costosas de Hollywood, con la que ella recibió más de 30 millones de dólares.
En 2009 una operación encubierta de la DEA lo arrojó tras las rejas. Fue condenado a cinco años de cárcel, que se alargaron hasta más de siete por posesión y venta mientras estaba encarcelado. Una de sus abogadas, Jennifer Ridha, con la que mantuvo una relación sentimental, fue quien le pasaba pastillas de Xanax, un antidepresivo.
Su buen comportamiento le permitió reducir su condena, saliendo en 2016, dos años antes de lo previsto. Hoy es otro hombre, dice. Junto a su novia Viviane Thibes tuvieron una hija, Lua y parece que comenzó a sentar la cabeza. “Cuando llegas tan lejos, hay solo dos opciones: la prisión y la muerte”, se sincera Cameron, quien siente una profunda gratitud de que su familia nunca se haya rendido con él.
El tiempo que pasó tras las rejas lo llevó a una vida de sobriedad.
Cameron está criando a su amada hija con Thiebes, de 41 años, instructora de yoga, y trabajando para reiniciar su carrera como actor. Decidido a apoyar a otros adictos a “buscar ayuda, y tal vez salvar una vida”, Cameron escribió sus memorias, “Long way home”, que se publican el martes 22 de octubre.
En una parte de las memorias, extraída por People, Cameron habla sobre Michael queriendo mantener su distancia antes de que el hijo fuera preso, preocupado de cómo la adicción del joven afectaría a su esposa, Catherine Zeta-Jones, y a sus dos hijos, Dylan y Carys.
“Tengo hijos pequeños y una esposa que necesito proteger. Esto no es justo para ellos “, dijo Michael, según lo escrito por Cameron. “¿Ya no me quieres, papá?”, le preguntó Cameron. “Por supuesto que te amo. Pero no voy a cultivar una relación contigo, porque creo que vas a morir. He estado viendo a un terapeuta al respecto … Creo que vas a sufrir una sobredosis, o que alguien te va a matar, o vas a matar a alguien. Estoy tratando de prepararme emocionalmente “.
Por su parte, Michael Douglas cumplió en septiembre 75 años, el mismo día que su actual esposa, la actriz Catherine Zeta-Jones, soplaba las 50 velas. Ambos son padres de los adolescentes Dylan, de 19 años, y Carys, de 16. Llevan dos décadas juntos superando bastantes obstáculos y contra todos los pronósticos, y pueden presumir ahora de haber sobrevivido a una crisis matrimonial,a la adicción al sexo de él, a una difícil enfermedad y a la revelación de ciertas intimidades sexuales que los tuvieron en el ojo público.