Los dirigentes europeos abordaron este viernes, un día después del regreso de su par británico Boris Johnson a Londres con un acuerdo de divorcio bajo el brazo, su propio futuro a 27, marcado por la división.
Presupuesto del bloque para 2021-2027, lucha contra el cambio climático, prioridades de la futura Comisión Europea liderada por Ursula von der Leyen… Los retos se acumulan sobre la mesa en Bruselas.
Pero la unidad que los 27 socios de Reino Unido mostraron durante la larga, intensa y extenuante negociación del Brexit se resquebraja cuando las miradas apuntan al futuro, como quedó patente en la cumbre de dos días en Bruselas.
Los europeos no lograron dar el visto bueno unánime al inicio de las negociaciones de adhesión con Macedonia del Norte y Albania, por la oposición especialmente de Francia.
“Es un grave error histórico (…) y espero que haya sido momentáneo para que no se inscriba en la memoria colectiva por haber sido un error histórico”, sentenció el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
La UE debía tomar una decisión en junio de 2018, que primero aplazaron por doce meses y después a este octubre. Y, pese a la presión de la Eurocámara y de los líderes de las instituciones europeas, no hubo desbloqueo y el debate continuará de cara a una cumbre en Croacia en mayo de 2020.
– “Lejos de un acuerdo” –
La cuestión más divisiva en la segunda jornada de cumbre fue el futuro Marco Financiero Plurianual (MFP) 2021-2027.
“La discusión mostró que todavía estamos lejos de un acuerdo”, explicó la canciller alemana, Angela Merkel, reconociendo que se encuentran “bajo presión” mientras el tiempo corre.
El próximo presupuesto de la UE deberá enfrentar el vacío dejado por la marcha del Reino Unido, un contribuyente neto, que la Comisión cifra en una pérdida de 12.000 millones de euros el primer año y de 84.000 millones para todo el período.
Además, los europeos quieren financiar nuevas prioridades como el desarrollo militar, el sector digital o la protección de fronteras, sin dejar de lado las tradicionales políticas agrícolas y de cohesión entre regiones.
Para cuadrar el círculo, Bruselas propuso fijar las contribuciones de cada uno de los 27 países en el 1,114% de la Renta Nacional Bruta (RNB), contra el 1,03% de los actuales 28, un aumento que generó reticencias.
Cinco contribuyentes netos –Dinamarca, Alemania, Austria, Holanda y Suecia– crearon la semana pasada la “coalición del 1%”.
“Con un 1% es difícil lograr todos los objetivos”, aseguró el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, cuyo país aboga por no realizar recortes ni en las ayudas a los agricultores ni en los fondos de cohesión.
Finlandia, presidencia pro témpore, debe presentar un marco de negociación con cifras de cara a la cumbre de diciembre, lo que augura semanas de tensos debates en Bruselas. “No creo que haya decisión en diciembre”, reconoció Juncker.
Del monto final dependerá el alcance de las prioridades del bloque para pasar la página del Brexit, como “la inversión en economía, en ciencia, investigación, lucha contra el cambio climático, digitalización”, según la próxima titular de la Comisión, Ursula Von der Leyen.
La futura presidenta de la institución, que debería asumir el cargo el 1 de diciembre con un mes de retraso, ya anunció un “Pacto Verde” en los primeros cien días de mandato para hacer de Europa el primer continente climáticamente neutro.
Sin embargo, Polonia, República Checa y Hungría, más dependientes de las energías fósiles, bloquearon en junio un consenso en la UE para lograr la neutralidad carbono en 2050, otro aspecto del futuro del bloque que no logra la unidad.
Los europeos empiezan a perfilar así su próximo ciclo político, tras cinco años de Juncker al frente del bloque marcados por el divorcio con Reino Unido, la divisiva crisis migratoria y los coletazos del crash financiero de 2008.
“Hasta el final de mi vida, estaré orgulloso de haber servido a Europa. Gracias”, dijo en rueda de prensa el todavía presidente de la Comisión, de 64 años, despidiéndose de las cumbres con la voz entrecortada por la emoción.
AFP