En plena crisis económica y en un escenario de polarización política, Argentina decide en las elecciones del próximo domingo entre un posible retorno al peronismo de la mano de Alberto Fernández o la reelección del presidente Mauricio Macri.
Unos 33,8 millones de argentinos deberán votar para elegir presidente y vicepresidente para un mandato de cuatro años, que se iniciará el próximo 10 de diciembre, y para renovar parcialmente la composición del Congreso, donde actualmente el oficialismo no cuenta con mayoría absoluta.
Si ninguno de los candidatos obtiene el 45 % de los votos o más del 40 % y diez puntos porcentuales de ventaja sobre el segundo más votado, se celebrará una segunda vuelta el próximo 24 de noviembre.
Estas son las seis claves de estos comicios:
1. CAMBIO O CONTINUIDAD
Aunque compiten seis candidatos presidenciales, las elecciones se plantean como un duelo entre Macri, que aspira a la reelección al frente de la coalición Juntos por el Cambio, y el aspirante del peronista Frente de Todos, Alberto Fernández, que lleva como candidata a la Vicepresidencia a la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015).
Los comicios del próximo domingo se enfocan como una suerte de segunda vuelta tras los resultados de las elecciones primarias de agosto pasado, y las opciones que podrían ser una tercera vía entre el macrismo y el peronismo, se presentan con muy bajas expectativas.
Macri, que llegó al poder en 2015 tras doce años de Gobiernos kirchneristas, busca un segundo mandato en un difícil escenario de recesión económica, que ya lleva un año y medio. Macri pide ahora más tiempo para resolver los problemas económicos que asegura arrastra Argentina desde hace décadas.
Mientras que Alberto Fernández, jefe de Gabinete durante todo el Gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) así como durante los primeros meses del primer mandato de Cristina, plantea un pacto económico y social entre el Estado, los empresarios y los sindicatos para “poner a la Argentina de pie”.
2. LA CRISIS ECONÓMICA SACUDE ESCENARIO ELECTORAL
El año pasado, la economía argentina entró en un ciclo recesivo, el PIB cayó un 2,5 % y la inflación se disparó un 47 %.
La recesión económica impactó de lleno en los indicadores sociales y elevó la pobreza a un 35,4 % en el primer semestre de este año, el mayor índice desde 2001, mientras que la tasa de desempleo subió al 10,6 %, la cifra más elevada en 13 años.
Este escenario económico ha complicado las posibilidades de reelección de Mauricio Macri, quien llegó al poder con la promesa de lograr una “pobreza cero” y bajar la inflación, que tiene un incremento acumulado del 37,7 % en los primeros nueve meses del año y se espera que cierre 2019 año en torno al 55 %.
El descontento social por la crisis económica inclina la balanza electoral hacia Alberto Fernández, favorito en los comicios, según las encuestas.
3. UNIDAD DEL PERONISMO
La exmandataria Cristina Fernández de Kirchner sorprendió en mayo pasado con su decisión de ceder la candidatura presidencial a Alberto Fernández, que se fue de su Gobierno en 2008 y desde entonces se había convertido en uno de los mayores críticos de su gestión.
Un enfrentamiento que quedó atrás para lograr la unidad del peronismo en su intento de regresar a la Casa Rosada.
Con esa jugada, el peronismo, muy dividido desde que perdió las elecciones en 2015, abrió el abanico para captar un voto mas moderado que el que tiene Cristina, que afronta varias causas judiciales por presunta corrupción durante su Gobierno.
También Macri dio la sorpresa al elegir como candidato a la Vicepresidencia a Miguel Ángel Pichetto, líder en el Senado del grueso de la oposición peronista, cuando todo apuntaba que la fórmula la completaría un miembro de la Unión Cívica Radical (UCR).
4. LAS ELECCIONES PRIMARIAS QUE NO DECIDÍAN NADA
Aunque se consideraba que las elecciones primarias de agosto eran meramente una encuesta en la que no se decidía nada puesto que todas las formaciones ya habían definido sus candidaturas, el sorpresivo margen de ventaja de 16 puntos que logró Fernández sobre Macri parece haber sentenciado los comicios.
Macri, que espera ser el único presidente no peronista que logre desde el retorno de la democracia completar su mandato, que finaliza el 10 de diciembre, confiaba en un mejor desempeño en las primarias.
El resultado de las primarias desató un tormenta financiera que ha agravado la crisis económica, lo que ha complicado aún mas las aspiraciones de Macri.
Desde esa fecha hasta ahora, el peso se depreció casi un 29 %, las reservas internacionales cayeron de unos 66.000 millones de dólares a unos 48.000, y la inflación se disparó.
5. ATÍPICA CAMPAÑA ELECTORAL
Con un Alberto Fernández que da por ganadas las elecciones y un Mauricio Macri que no se rinde y confía en forzar una segunda vuelta, esta ha sido una atípica campaña electoral en la que la gran ausente ha sido la exmandataria Cristina Fernández, en una estrategia de campaña que es consciente de que su imagen genera rechazo en una parte del electorado.
En esta campaña el peronismo y el macrismo han invertido los papeles y mientras Alberto Fernández apenas ha participado en mítines y ha preferido reuniones con distintos sectores sociales y empresariales, el presidente Macri ha optado por la cercanía con la gente en multitudinarios actos en diversas ciudades del país.
6. El LASTRE DE LA DEUDA CONDICIONA EL FUTURO DE ARGENTINA
El Fondo Monetario Internacional (FMI) se ha vuelto un actor más de los comicios en Argentina tras acordar el año pasado dar un auxilio financiero por un total de 56.300 millones de dólares, el mayor en la historia de este organismo, y que supuso un fuerte ajuste fiscal, que ha sido muy criticado por Alberto Fernández.
El FMI ya desembolsó a Argentina unos 45.000 millones de dólares, pero ha dejado para después de las elecciones el próximo desembolso de 5.400 millones de dólares, inicialmente previsto para septiembre, hasta conocer los planes económicos de quien resulte ganador.
A finales de septiembre, la deuda de Argentina ascendía a 315.000 millones de dólares (equivalente al 68 % del PIB), de los cuales 126.000 millones están en manos de acreedores privados y 75.000 millones corresponden a deudas con organismos internacionales.
El nuevo Gobierno que salga elegido de las urnas deberá ahora renegociar los compromisos de deuda, toda vez que resultará imposible para Argentina cumplir con los pagos en los plazos inicialmente previstos. La duda es cómo enfocará cada candidato esa renegociación.
EFE