Con varios “machetazos” en diferentes partes del cuerpo, fue hallado el cadáver de Jeison José Amundarain Villamizar el domingo en la mañana, en una vivienda situada en el sector Cañaote del barrio 24 de Marzo de Petare.
Al parecer, el hombre de 25 años de edad, estaba de rodillas al borde de la cama, tenía marcas de ataduras en las muñecas y tres dedos de una sus manos fueron cortados, presuntamente cuando intentó defenderse del ataque, aseguraron sus familiares en la sede de la medicatura forense de Bello Monte.
Según el relato, el joven se había quedado el día del hecho en casa de su novia, con la que tenía un mes y medio de relación.
La mujer estaba supuestamente hospitalizada desde el martes en un Centro de Diagnóstico Integral de la zona, pero fue dada de alta el domingo y tras ingresar en su vivienda realizó el hallazgo. Señaló que los homicidas ingresaron al lugar a través del techo.
Un amigo y vecino del joven asesinado, dijo que a las 2:00 am del domingo se escucharon ruidos extraños que provenían del referido inmueble. Del lugar no fue extraído ningún objeto de valor, por lo que los familiares descartan el robo como móvil del hecho. Familiares exigen a las autoridades aclarar el suceso y piden que la pareja de la víctima sea investigada, ya que el hecho ocurrió dentro de su vivienda.
“Nosotros como familiares exigimos a las autoridades que lleguen a la verdad e investiguen a la novia de Jeison. Si ella tiene las manos metidas que aclare”, señaló Yusmery Villamizar, tía de la víctima, quien aseguró que antes del asesinato del joven, este había manifestado que no quería quedarse en casa de su pareja, donde luego fue asesinado.
Amundaraín Villamizar era padre de dos niños de un año de edad y trabajaba en una frutería, situada en Petare. Su familia no lo veía desde hacía una semana, cuando fue a visitar a su mamá en Casalta 3. Era el mayor de dos hermanos.
El hecho fue denunciado ante el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, quienes se encuentran en las investigaciones preliminares.
Familiares y amigos presumen que el móvil del hecho fue pasional.