La capital de Bolivia mostraba el lunes calles bloqueadas y comercios cerrados en un paro convocado por la oposición en protesta por los resultados electorales que dieron hace una semana una nueva reelección al presidente Evo Morales.
La nación andina vive manifestaciones desde que el 20 de octubre el Tribunal Supremo Electoral (TSE) suspendió abruptamente la publicación de un recuento de votos que mostró que Morales debería medirse a su principal rival, el expresidente Carlos Mesa, en una segunda vuelta el 15 de diciembre.
Al reanudarse el conteo de votos un día después se produjo un cambio de tendencia en favor del mandatario y el recuento final, divulgado el 25 de octubre, mostró que Morales, de Movimiento Al Socialismo (MAS), obtuvo el 47,08% frente al 36,51% de Mesa, de la agrupación Comunidad Ciudadana.
“Morales se equivocó”, dijo Mesa en una manifestación en el sur de la ciudad el domingo por la tarde. “No se dio cuenta que la sociedad boliviana está fermentando esta voluntad democrática desde el 21 de febrero del 2016”, agregó Mesa refiriéndose a la fecha en que un referéndum rechazó reformar la Constitución para permitirle a Morales buscar otro quinquenio de gobierno.
Bolivia “entera esta levantada hasta que Morales reconozca el fraude y vayamos a un proceso electoral”, dijo Mesa, que convocó al paro del lunes.
Un fallo judicial a fines de 2017, sin embargo, le dio luz verde a Morales para ser candidato.
El vicepresidente, Álvaro García, dijo a periodistas el lunes que Mesa es un mal perdedor y un hombre que incita a la violencia.
“Nosotros no estamos convocando a ningún bloqueo; al contrario, estamos convocando a que la gente haga su actividad diaria, que se organice para que un grupo de violentos no le impongan, no lo amordacen, y hagan su actividad cotidiana”, enfatizó.
Las calles de La Paz estaban semi vacías, los comercios cerrados, mientras que las oficinas de la Alcaldía, en manos de la oposición, no abrieron, así como tampoco los colegios, con pocos buses y taxis circulando.
En el sur, donde habitan mayoritariamente ciudadanos de clase media, se veían bloqueos viales con autos, palos y cuerdas. Un escenario similar ocurría en las barriadas más humildes del norte de la ciudad, según testigos Reuters.
Otras ciudades del país como Santa Cruz, centro agrícola e industrial de Bolivia, está en paro desde el miércoles pasado.
“Estamos exigiendo que nuestro voto se respete”, dijo Marta Colque, de 32 años, que cuida niños en una guardería. El presidente Morales “quiere salirse con su capricho (…) quedarse eternamente” en el cargo, agregó Colque parada en un bloqueo vial en el centro de La Paz.
Morales ha dicho que si una auditoría de la votación de la Organización de Estados Americanos (OEA) encuentra irregularidades, convocará a una segunda vuelta, pero también ha advertido que sus seguidores de zonas rurales podrían cercar las ciudades en caso de que continúen las protestas.
Morales, de 60 años y quien ganó su primera elección en 2006, tiene previsto un acto llamado “encuentro por el triunfo de la democracia” y que se realizará el lunes por la tarde en El Alto, una ciudad satélite al norte de La Paz.
“Impresiona la velocidad con la que están ocurriendo las cosas. Desde el viernes hasta el día de hoy son escenarios diferentes”, dijo el analista Marcelo Arequipa, profesor de ciencias políticas en la Universidad Católica San Pablo, en La Paz.
Reuters