El presidente Guaidó ha reiterado su llamado a la movilización del próximo 16 de noviembre. A “ejercer la mayoría” en la calle como le corresponde a una sociedad hastiada de un nefasto régimen delictivo usurpador del poder.
La importancia de esa reiteración, que debe repetir Guaidó cada vez que haga una declaración pública desde hoy hasta el 16 de noviembre, obedece a la necesidad de romper el cerco comunicacional tendido por el Pranato.
Aunque muchos suelen menospreciar su fuerza pensando que ser mayoría basta, la hegemonía comunicacional del régimen es un hecho poderoso que incide notoriamente en la capacidad de difusión del mensaje opositor.
Romper esa barrera comunicacional en la convocatoria del 16 de noviembre es una tarea fundamental del movimiento democrático venezolano (partidos políticos, gremios, sindicatos y cuanta organización social democrática exista en el país) si queremos contribuir efectivamente al logro del cambio político que demanda toda la nación.
Pero no solo debe ser una convocatoria para una gran movilización por si misma. El presidente Guaidó, como el gran convocante del acto, debe precisar el objetivo de ella y la forma general en que deberá desarrollarse, aunque esto último con las precauciones del caso dada la propensión del régimen a la emboscada, el saboteo y la represión sanguinaria.
La multiplicación de la información del día, el objetivo y al menos la naturaleza general del acto es imperativo difundirla desde ya si deseamos que la misma llegue a la gran mayoría de los venezolanos en los días que restan. Los procedimientos para hacerlo son múltiples y suponen esfuerzo, recursos, tenacidad y creatividad para lograrlo.
En la apuesta del fracaso de la convocatoria para el 16 de noviembre el régimen no está solo, lo acompañan voces agoreras que juegan en contra del interés nacional y del liderazgo de Guaidó. Todos a la calle a ejercer mayoría el 16N.