Miles de manifestantes separatistas catalanes perturbaron este lunes una visita a Barcelona del rey Felipe VI, quien apeló a una Cataluña sin “violencia” ni “intolerancia”, luego de recientes disturbios por la condena a altas penas de cárcel contra líderes independentistas.
Encendidos por esa condena a los nueve dirigentes catalanes por el intento de secesión de 2017, miles de personas se manifestaron frente al Palacio de Congresos de Barcelona, donde el rey y su hija, la princesa Leonor, presidieron la entrega de los premios Princesa de Girona a jóvenes talentos.
“El rey español no es bienvenido en Cataluña”, se podía leer en una pancarta que portaba un manifestante, mientras otros quemaron fotos del monarca, según observó una periodista de la AFP. La multitud entorpeció el paso de algunas personas que se dirigían al evento.
Adentro del recinto, el rey no se refirió directamente a los disturbios de los días pasados, pero recordó los aportes a la democracia española de una Cataluña “plural e integradora, (…) constructiva y solidaria con el progreso general”.
“Estos valores representan sin lugar a dudas la mejor de las historias de Cataluña. No pueden ni deben ser un recuerdo del pasado, sino una realidad presente y futura, una realidad en la que no puedan caber ni la violencia, ni la intolerancia, ni el menoscabo de los derechos y libertades de los demás”, dijo el rey hablando en catalán.
Esta es la primera visita del rey a Cataluña desde la publicación de la sentencia del Tribunal Supremo el 14 de octubre, que generó protestas en ocasiones violentas en esta región del noreste de España ahora en el centro del debate para las elecciones legislativas del domingo.
Desde el domingo, el recinto de la ceremonia estaba fuertemente custodiado por la policía que, antes del inicio del acto, cortó uno de los principales accesos a la ciudad, muy cercano al lugar del evento.
El evento solía tener lugar en Girona, un feudo nacionalista al norte de la región cuyo ayuntamiento declaró en 2017 al monarca como persona non grata, pero este año se trasladó a Barcelona.
Desde octubre de 2017, cuando pronunció un discurso llamando a “asegurar el orden constitucional” en pleno intento de secesión en Cataluña, el monarca se convirtió en objetivo predilecto de los separatistas que suelen organizar protestas cada vez que visita la región.
En esta ocasión, el viaje coincide con la campaña de las elecciones legislativas del 10 de noviembre, donde la crisis en Cataluña y los disturbios de las últimas semanas están jugando un papel central.
Como novedad, el monarca llegó a Barcelona acompañado por Leonor que, como heredera, ostenta el título de princesa de Girona y es la presidenta de honor de la fundación homónima que organiza estos premios.
AFP