Los muertos fueron identificados como Juan Carlos Cánchica Angarita, de 28 años, y Jack Manuel Cárdenas Carrillo, de 33, asesinados la noche del jueves 31 de octubre, en la finca Casa Blanca, de la vereda El Palmar (Villa del Rosario).
Por Miriam Bustos / lanacionweb.com
Tras la ola de sangre desatada por un grupo de delincuentes armados, vestidos de negros y con brazaletes alusivos al ELN, que en solo dos semanas al menos se le atribuyen las muertes de entre 8 y 10 venezolanos que laboraban en las trochas, el infortunio tocó de cerca a dos tachirenses que contrabandeaban mercancía a Colombia, por el municipio Bolívar.
Fueron identificados como Juan Carlos Cánchica Angarita, de 28 años, y Jack Manuel Cárdenas Carrillo, de 33, asesinados la noche del jueves 31 de octubre, en la finca Casa Blanca, de la vereda El Palmar (Villa del Rosario).
Vale hacer notar que se dijo, extraoficialmente, que ambos tachirenses, residenciados en la parte alta del Palotal, eran amigos cercanos del colombiano Wilson Moncada Arenas, de 41 años, quien residía desde hace muchos años en el municipio Bolívar; tenía una finca diagonal al aeropuerto de San Antonio, y el miércoles 9 de octubre, luego que fuera sacado por la fuerza de su propiedad por hombres que se identificaron como guerrilleros del ELN, se lo llevaron en uno de los dos vehículos en los que llegaron y dos días después fue hallado asesinado, en la trocha La Marina, en inmediaciones de la finca conocida como Tres Esquinas, de La Parada.
Precisamente, en predios de la finca de Wilson Moncada fue donde mataron a los tachirenses.
“Él (Moncada Arenas) era el patrón de ellos y le dieron de baja hace poco. Era dueño de esa finca y no entendemos por qué, después de eso, siguieron con ese trabajo, sabiendo lo que había ocurrido”, dijo a La Opinión un allegado a la familia de una de las víctimas.
Explica el diario colombiano que “los dos amigos estaban trabajando con mercancía de contrabando por ese sector fronterizo y se movilizaban en un Chevrolet Spark, gris oscuro, de placa venezolana AB946NV. “Eran las 7:30 de la noche (del jueves) y ellos ya estaban de regreso, a dejar el carro guardado en esa finca”, dijo un testigo.
Cárdenas Carrillo, quien iba como copiloto, se bajó a abrir un portón metálico para ingresar a la finca, cuando de repente unos hombres armados les salieron por los lados y empezaron a dispararles, sin mediar palabra alguna.
“Él (Cárdenas) alcanzó a correr unos 20 metros, pero las balas lo alcanzaron y cayó, a un lado de la vía. Mientras que Cánchica Angarita intentó huir conduciendo su vehículo y, aunque logró avanzar unos 200 metros, terminó estrellándose contra una pared, donde fue rematado por los asesinos”, añadió el testigo.
La Opinión conoció que una vez se supo sobre este hecho, algunos familiares de las víctimas que residían en El Palotal, población fronteriza de San Antonio del Táchira, cruzaron una trocha en busca de sus seres queridos.
“Después del hecho, los hombres armados emprendieron la huida. Una hora más tarde llegaron familiares, que pasaron en solitario para confirmar que eran sus seres queridos y, entre el llanto y el dolor, los reconocieron. Sin embargo, no lograron que las autoridades colombianas realizaran el levantamiento a esa hora de la noche”, dijo otra testigo.
Solo a eso de las 6:30 de la mañana siguiente, miembros de la Brigada Interinstitucional Contra Homicidios (Brinho) practicaron la inspección y el levantamiento de los cadáveres.
En la escena del crimen, las autoridades hallaron siete conchas percutidas de latón dorado.
“En Venezuela no hay autoridad”
Dicho sector, que colinda con el aeropuerto de San Antonio del Táchira, era el paso de Cánchica y Cárdenas, quienes según algunos familiares venían trabajando juntos, con todo tipo de mercancía de contrabando, desde hace más de 8 años.
A Juan Carlos Cánchica le decían Tailon y dejó un niño de 6 años y una bebé 18 meses. Por su parte, Jack Manuel, era padre de tres hijos, también menores de edad.
“No entendemos por qué tantos muertos y sin explicación alguna. En Venezuela no hay autoridad que investigue estos hechos. Lo que necesitamos es que el Ejército colombiano se meta a la frontera y saque a la guerrilla, que se amañó acá”, dijo un vecino de este sector fronterizo.
El coronel José Luis Palomino, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, manifestó que los crímenes en las trochas obedecen a la pelea entre grupos armados por el dominio del territorio y de actividades ilícitas como el contrabando y el narcotráfico.
“La primera hipótesis que tenemos es que los ciudadanos estarían comerciando con combustible, carne, medicamentos y elementos varios para la salud, entre otros, que llevarían de Colombia para Venezuela”, dijo el coronel.
Y añadió: “Estamos trabajando para lograr judicializarlos, como ya hemos logrado hacerlo con La Frontera, La Línea y los delincuentes del Tren de Aragua. Infortunadamente, la ciudadanía que vive en frontera es tolerante al delito”.
Dos más en “La Marina”
En cuanto a los otros dos cadáveres abaleados, hallados un día antes en la trocha La Marina, el diario neogranadino identificó a una de las víctimas como el también venezolano José Sánchez Hernández, de 42 años.
Junto al cuerpo de otro hombre que no ha sido identificado, el cadáver de Sánchez fue localizado la mañana del miércoles en el sector Tres Esquinas, de la trocha La Marina, en La Parada (Villa del Rosario).
“Según se conoció, Sánchez Hernández estaba en un parqueadero en San Antonio del Táchira, el pasado lunes, cuando pasaron unos desconocidos y lo subieron a un carro. Aunque la familia del hombre no dio declaraciones a la prensa, algunos allegados aseguraron que están cansados de que Venezuela permita que el frente Carlos Germán Velazco, del ELN, opere dentro del territorio entre Ureña y San Antonio”, agregó el diario.