El camino que inició Estados Unidos hace más de una década en busca de la independencia energética acaba de marcar un hito, cuando menos simbólico. La balanza comercial de septiembre refleja un superávit en los intercambios de productos petroleros, el primero desde 1978. La producción doméstica de esta fuente energética se disparó gracias a las nuevas técnicas de extracción como la fracturación hidráulica.
Por El País
EE UU exportó productos petroleros por valor de 15.000 millones de dólares ese mes, según los datos publicados por el Departamento de Comercio. Las importaciones rondaron los 14.750 millones. Es decir, la mayor economía del mundo fue exportadora neta por 250 millones. Era cuestión de tiempo que se llegara a esta marca, que debe aún sostenerse y que está expuesta a factores como el tipo de cambio del dólar.
Este primer superávit en cuatro décadas, sin embargo, muestra el cambio en el mercado que siguió a la revolución del fracking. Este método de extracción permitió explotar al máximo viejos yacimientos y abrir nuevos pozos. La brecha en los intercambios se fue así cerrando progresivamente y propició que EEUU dejara de ser importador neto. Actualmente controla el 18% de la producción mundial.
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